Pese a la pérdida de rentas que afectó a un número importante de ciudadanos por los cierres de negocio y los ERTE, lo cierto es que 2020, el año de la pandemia de coronavirus, fue también un ejercicio en el que los españoles consiguieron aumentar de forma significativa sus ahorros, singularmente quienes mantuvieron su ingresos porque las restricciones a la movilidad y al ocio redujeron sus posibilidades de gasto. Los datos del Banco de España ponen de relieve que al final del año pasado el ahorro financiero de las familias, es decir sus activos financieros, se situaron en 2,35 billones de euros. Solo en el cuarto trimestre de 2020, los hogares incrementaron en 43.308 millones de euros su saldo de activos financieros, lo que implica un 1,9 % más que en septiembre, según un informe de In verco, la Asociación de Instituciones de Inversión Colectiva y Fondos de Pensiones.
La organización asegura que el citado aumento tuvo su «origen tanto en los flujos positivos por operaciones como en la revalorización de los activos en cartera debido al buen comportamiento de los mercados. La notable reducción del PIB en 2020 permite que, en términos porcentuales, la ratio activos financieros/PIB se sitúe por encima del 209 %, consiguiendo un nuevo máximo histórico».
Por activos, Inverco destaca la evolución de los fondos y sociedades de inversión, con un crecimiento trimestral del 5,9 % que posibilitó una subida del 3 % en términos interanuales. La renta variable cotizada también tuvo una evolución positiva entre octubre y diciembre al aumentar en un 11 %, pero ese alza es casi equivalente a la bajada del 11,5 % registrada en el acumulado anual. El activo que presentó un mayor crecimiento en tasa anual fue los depósitos/efectivo, en un contexto de tasa de ahorro de los hogares en máximos históricos. Este instrumento financiero supera ya el 42 % del ahorro de las familias, en niveles de 2013.
