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Contenedores de alta costura para competir con China

Competir con China en precio es un imposible. Sobre todo si fabricas productos estandarizados y que se producen en masa, como los contenedores que copan los miles de buques de carga que navegan las principales rutas marítimas mundiales repletos de todo tipo de artículos o materiales. Valga un dato: dos de las mayores navieras han encargado este año la fabricación de casi medio millón de estas cajas. Por eso, Javier Casero optó hace una década por la diferenciación. Dejó el pret a porter para especializarse en la alta costura del acero, la materia prima principal con la que trabaja Eurocontainer, la empresa que dirige y que se dedica a fabricar este tipo de habitáculos pero a medida de sus compradores.

Porque no todo el mundo tiene las mismas necesidades y ahí reside la fortaleza de esta compañía zaragozana, que ofrece a sus clientes soluciones ad hoc para trasladar o almacenar sus productos, esos que no encajan en un contenedor estándar. Una suerte de sastrería logística que se adapta a un mercado, el del transporte, en pleno auge después de que la pandemia haya acelerado todavía más el crecimiento del consumo por Internet.

El máximo responsable de Eurocontainer asegura, en conversación con Activos, que la compañía cerrará el ejercicio de 2021 con una facturación cercana a los 20 millones de euros, un 40 % por encima de su volumen precovid. Una subida que achaca a que «cada vez más sectores se lanzan a mover sus productos en contenedor» y, evidentemente, surge la necesidad de personalizar esas cajas de acero.

Porque no se requieren las mismas prestaciones de un contenedor para transportar betún a África que para albergar un grupo electrógeno de un hospital o para importar ropa. Como tampoco se puede mover ácido sulfúrico en las mismas cisternas en las que se exporta zumo de naranja a Alemania. Son sólo dos ejemplos del amplio abanico que abarca Eurocontainer.

Para dar ese servicio, Casero destaca la importancia de crear la figura de los jefes de proyecto, que ahora son más de una decena. Ellos son los responsables de escuchar las necesidades del cliente y desarrollar soluciones a medida en alguno de los cuatro centros de producción que ya tiene la compañía, todos en el entorno de Zaragoza. «Cada modelo es un proyecto. Este año hemos asumido más de 150 diferentes, algunos de sólo un contenedor y otros de hasta 300», relata.

De todos ellos, Casero destaca el gran número de pedidos relacionados con las energías renovables. «Es un sector que ha crecido muchísimo. Fabricamos las cajas donde los clientes guardan los transformadores». Para abaratar costes, añade, «intentamos amoldarnos a las medidas estándar para que el transporte sea más económico. El interior es donde introducimos las especificaciones que nos exigen».

Otra industria al alza donde el directivo atisba oportunidades es la del ferrocarril. La apuesta por la intermodalidad es «decidida» pese al retraso que hay en España. «Hemos vendido a Francia un semirremolque de carretera que permite pasar del tren a la carretera sin tener que llevar las ruedas del camión en el tren y montarlas a la llegada», explica el CEO. «Hay que estar preparados porque el tren es un mercado en auge», apunta mientras reclama acelerar los corredores ferroviarios en España.

Casero alerta no obstante de que el aumento de costes de las materias primas amenaza su modelo de negocio: «Habrá que compensar a los empleados el aumento del IPC y repercutir ese gasto en el producto, pero para eso debes estar muy especializado y para eso hay que innovar», enumera. A futuro, su plan es «estabilizar» ventas en torno al volumen actual, pero sin descartar seguir creciendo de la mano de esas industrias pujantes. «Hay que estar abiertos al mercado», zanja.

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