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OPINIÓN

El trabajo del agricultor no tiene valor

Puesto de ventas de cítricos en un supermercado . | EMV

El día 23 de enero el mundo rural español representada por decenas de asociaciones, organizaciones y entidades de todo tipo de ámbitos se concentró Madrid para protestar por la situación que atravesamos. Desde UPA decidimos secundar esta manifestación porque la situación bien lo merece. Me gustaría destacar entre las muchas pancartas y carteles que se pudieron leer uno, que además se ha hecho viral, que decía: «Una bolsa de plástico 15 céntimos, un kilo de naranjas 12 céntimos». Si les parece vergonzoso sepan ustedes que en esta campaña se han comprado naranjas a los agricultores a 8 céntimos. Algo que casi con total seguridad y según la ley vigente es ilegal porque no cubre los costes de producción, ni se acerca. Ahora mismo la ley se incumple mientras la administración mira para otro lado, por lo visto hay leyes que son más importantes que otras, y ahora mismo lo que menos necesita el sector son leyes de cartón piedra. Las comparaciones son odiosas, pero desde luego esta es bastante representativa de lo devaluado, despreciado y tirado por tierra que está el trabajo de todo un año de un agricultor. Si, ya sé que el mercado es así, pero que sea así no quiere decir que esté bien ni que sea aceptable. Y más cuando el mercado es como es en base a una serie de decisiones políticas que han puesto a los pies de los caballos al sector agrario europeo, y en este caso, al sector citrícola español, poniéndonos en la tesitura de tener que competir con países con los que sencillamente no podemos competir en costes de producción, porque los suyos son muchísimo inferiores a los nuestros, donde se usan fitosanitarios que aquí están prohibidos, donde sus costes salariales son una décima parte que los nuestros, donde las condiciones sociales son pésimas y los derechos laborales en muchos casos brillan por su ausencia. No es que no queramos competir es que así es imposible. Sinceramente cuando tomaron la decisión de abrir las puertas de nuestro mercado a estos países en estas condiciones no se que esperaban que iba a pasar, lo que sí sé es lo que ha pasado, plagas y ruina para el agricultor. Ahora mismo el sector citrícola español es competitivo porque las naranjas valen menos que una bolsa de plástico.

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