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Herencia o donación: ¿qué es más barato?

Poder Restar impuestos dependerá de la autonomía, el parentesco y el valor del bien

Herencia o donación: ¿qué es más barato?

¿Donar o dejar el patrimonio en herencia? Esta es la reflexión a la que muchos se han visto abocados a raíz de la pandemia. Y es que el repunte de la mortalidad y la incertidumbre por el futuro hizo que 2021 dejara cifras récord de estas operaciones. Concretamente, se aceptaron en España un 22,2% más de herencias que el año anterior, hasta las 365.649. Las donaciones, en la misma línea, crecieron un 30,7% el año pasado, hasta las 174.866, según datos del Consejo General del Notariado (CGN).

«El aumento de las herencias es a causa del efecto de la pandemia. Sin embargo, no se ha visto hasta 2021 por un decalaje temporal por el retraso en su formalización, que puede ser de meses o años», según explica María Teresa Barea, portavoz del CGN. Y la tendencia seguirá en aumento, al menos, un par de años más.

Una entrega se hace en vida y la otra es ‘mortis causa’. Sin embargo, conocer la opción más beneficiosa «dependerá del valor de los bienes, el grado de parentesco -más caro cuanto más lejano- y las bonificaciones, entre otros factores», según Barea. Aunque, lo más importante, es consultar las condiciones de cada comunidad autónoma.

«El impuesto de sucesiones y donaciones tiene una serie de conceptos básicos y comunes. Luego, el tipo de gravamen y las bonificaciones son competencia autonómica», añade. Es decir, cada comunidad podrá establecer reducciones propias que mejoren la estatal, que establece una tarifa del 7,65% al 34% sobre la base liquidable. Además, al tratarse de un impuesto progresivo, cuanto más se hereda más se paga.

Por ejemplo, en el caso del impuesto de sucesiones, si una señora fallece a los 80 años con un patrimonio de 500.000 euros, al dejarlo en herencia a un único hijo, este deberá tributar cero euros en Andalucía, 711 en Madrid y 27.265 euros en València, según un caso ejemplo realizado por Abel Marín, socio del despacho Marín & Mateo Abogados. «Catalunya y València son de las más caras en estos impuestos», aclara el abogado.

Pero, no todo queda en el impuesto de donaciones y sucesiones. «La gran mano negra de las herencias son los gastos de la plusvalía municipal, que dependen de los municipios, porque es realmente caro», concluye Marín. A eso se le suman los gastos de notaría, el registro de propiedad y el IRPF en el caso de donaciones.

Tratándose de inmuebles, «en general es mejor la herencia», porque se evita el pago del IRPF, según Marín. Y es que, si la diferencia entre el valor de adquisición del inmueble y el valor real en el momento de la donación crea una ganancia, esta tributa en el IRPF del donante. Por contra, las herencias no tributan en la renta.

Agustín Fernández, secretario general del Registro de Economistas Asesores Fiscales (REAF) opina también que, aunque depende de cada caso, suele salir más barato heredar que recibir una donación. Según él, el elemento determinante está en que, en el impuesto de sucesiones, «hay reducciones y bonificaciones en la norma estatal por parentesco». En Galicia, por ejemplo, la tarifa en el impuesto de sucesiones para los cónyuges tiene una reducción de un millón de euros y tipos del 5% al 18%, con un límite muy por debajo al estatal, según el estudio Panorama de la Fiscalidad Autonómica y Foral 2022 de la REAF.

Algo que también afecta a la manera de planificar la transmisión patrimonial de bienes inmuebles es tener en cuenta el nuevo valor de referencia para su valoración, en marcha desde el pasado 1 de enero. Este determina la base imponible de impuestos como donaciones y sucesiones, además de transmisiones patrimoniales, actos jurídicos o de inmuebles. «Se aprecia que no favorece a las donaciones o herencias teniendo en cuenta que se han registrado valores un poco superiores», según el secretario general del REAF. Marín pone como ejemplo además que , con el cambio de normativa, dos viviendas del mismo barrio, del mismo año y metros cuadrados, una a 1.000 metros de la otra, estarán valoradas de la misma forma, a pesar de que una esté destrozada y con okupas y la otra en perfecto estado y con buena convivencia.

El que hereda también puede renunciar a los bienes por motivos personales, familiares o morales. Las renuncias, concretamente, crecieron un 25% en 2021 , con un total de 56.557 operaciones, otro récord histórico. Esta evolución podría estar relacionada, no solo con el aumento de herencias, sino también el de las deudas por la crisis, señalan los analistas. De hecho, la sospecha de cargas financieras es uno de los principales motivos para renunciar estos legados .

Es conveniente conocer, en estos casos, que existe la posibilidad de aceptar a beneficio de inventario, lo que «permite recibirla y quedarse protegido de las posibles deudas», cuenta Barea. Mientras que al aceptar una herencia de forma simple se responde a las obligaciones del fallecido con el propio patrimonio, de esta manera solo se responderá con el recibido del difunto. Aunque, aceptar siempre conlleva riesgos a nivel familiar. El 10% de los casos acaba en conflicto y el 5% en los juzgados.

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