El diseño asistido por ordenador (CAD) está dando paso al diseño «impulsado por ordenador», conocido como diseño generativo. A diferencia del diseño «tradicional», donde el equipo de diseño hace evolucionar los conceptos y alternativas en un proceso iterativo, el diseño generativo se basa en un software de optimización. Aplicando parámetros y restricciones, construye múltiples geometrías y diseños hasta alcanzar la mejor solución que cumple con las condiciones definidas. Curiosamente, los diseños resultantes presentan similitudes con las estructuras que se encuentran en la naturaleza (biomimetismo).

La firma deportiva Under Armour creó unas zapatillas ligeras de alto rendimiento con entresuela reticular, para aportar mayor estabilidad y acolchamiento. La empresa italiana Kartell, en colaboración con Philippe Starck, desarrolló la silla «A.I.», de material reciclado, combinando resistencia estructural y calidad estética.

La firma vasca Igestek ha creado un soporte ligero para amortiguadores de automóviles de gama alta, reduciendo las vibraciones percibidas en el habitáculo.

Parallel Pipes cuenta con una plataforma de diseño generativo para procesos de diseño complejos, con la que la empresa Wright One ha optimizado el ventilador de una de sus turbinas, mejorando el flujo de aire y reduciendo los niveles de fatiga del componente.

En la Universidad de Stanford aplican deep learning para el diseño de nuevas proteínas, especificando previamente las características deseadas.

Por su parte, Decathlon y Autodesk colaboran en un proyecto de diseño generativo para su gama alta de bicicletas de carretera (Van Rysel), rediseñando el cuadro, la horquilla, el casco y el calzado, consiguiendo un conjunto más ligero, aerodinámico y sostenible.

El éxito de un producto depende de cómo se percibe en el mercado y las personas ocupamos un papel central en el proceso. El diseño generativo parece alejarse de las personas en su planteamiento creativo, a diferencia de las posibilidades que ofrece el diseño emocional, que busca la complicidad de los sentidos, o el diseño funcional, que se centra en las prestaciones, la usabilidad y el rendimiento que nos ofrece.