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Opinión

'Pasada de frenada'

'El reglamento fitosanitario impone una reducción de uso sin alternativas', destaca Cirilo Arnandis

Una garza en los arrozales de l'Albufera. M. Á. Montesinos

Durante el mes de agosto, estuvo sometida a consulta la Propuesta de Reglamento del Parlamento Europeo y del Consejo relativo al uso sostenible de los productos fitosanitarios, que modificará el Reglamento (UE) 2021/2115 y sustituirá la Directiva vigente sobre la materia, del año 2009.

La redacción de este Reglamento se enmarca en el desarrollo de las Estrategias De la Granja a la Mesa y de Biodiversidad, ejes principales del impacto en el sector agroalimentario de la implementación del Pacto Verde europeo, que pretende alcanzar la neutralidad climática en el año 2050.

Todos estamos de acuerdo en que el desarrollo de cualquier actividad productiva o económica debe ser respetuosa con el medio en el que se desarrolla y no debe tener impacto en las personas que la desarrollan o en los consumidores.

Sin embargo, una lectura detallada de esta propuesta nos deja ver que estamos ante una auténtica pasada de frenada, que puede acabar con la agricultura valenciana tal y como la conocemos.

"No se preocupa por el equilibrio en la sostenibilidad económica de la agricultura"

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¿Cuáles son los puntos más controvertidos de esta propuesta? En primer lugar, marcar objetivos relacionados únicamente con la «reducción de uso» y no tanto con la «reducción del riesgo y el impacto del uso», que son dos cosas que pueden parecer iguales pero que son completamente diferentes.

En segundo lugar, imponer una reducción de uso sin que los agricultores dispongan de las alternativas biológicas o biotécnicas para el control de plagas y enfermedades.

En tercer lugar, tiene un enfoque centrado únicamente en la sostenibilidad medioambiental, sin preocuparse por el equilibrio con la sostenibilidad económica de la actividad agraria, o por el impacto en su competitividad en un mercado global en el que otros actores no estarán sometidos a las mismas normas que nosotros.

Lo más preocupante, no obstante, es la propuesta de prohibición de uso de productos fitosanitarios en las llamadas «zonas sensibles».

¿Y qué zonas son catalogadas como «sensibles» en la Comunitat? Pues la práctica totalidad del territorio, lo que haría inviable gran parte de nuestra agricultura.

Aún habría más puntos sobre los que poner el foco, pero el espacio de esta columna es limitado. En cualquier caso, y como conclusión, la modificación planteada es un auténtico despropósito, que pese a sus buenas intenciones puede ser gravísima para nuestro sector.

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