Investigadores del Instituto Tecnológico de la Alimentación (Ainia) han desarrollado un envase cosmético producido con un bioplástico obtenido a partir de residuos sólidos urbanos. La producción de este bioplástico se ha conseguido mediante dos procesos biológicos. Un primer proceso de fementación sin oxígeno, que permite transformar los residuos orgánicos en una sustancia susceptible de ser convertida en plástico. En un segundo proceso, esa sustancia es transformada por microorganismos en un biopolímero. La integración de estos dos bioprocesos permite la revalorización de la basura, al tiempo reduce los costes de fabricación del biopolímero.

Con el biopolímero obtenido se han realizado varios prototipos de envase para productos cosméticos que ya han sido testados con éxito por las empresas cosméticas Walla (Alemania) y Welleda (Suiza).

Este bioplástico es uno de los resultados obtenidos en el marco del proyecto europeo Urbiofin en el que participa un consorcio de quince socios del continente pertenecientes a empresas, universidades y centros tecnológicos relacionados con la gestión de residuos, biotecnologías, bioproductos, biomateriales y biocombustibles. El proyecto busca analizar la viabilidad económica y medioambiental de una biorrefinería para revalorizar residuos urbanos orgánicos y convertirlos en bioproductos para su producción a escala semiindustrial.

Además, los resultados han sido validados mediante un análisis medioambiental en el que se ha demostrado la sostenibilidad del proceso. Los responsables del proyecto subrayan que «lograr una gestión integral de los residuos urbanos para su valorización supone una solución al problema de la contaminación ambiental, además de contribuir a la transformación económica hacia el modelo que persigue el Plan de Economía Circular de la Comisión Europea».

Según explica Gracia Silvestre, del departamento de biotecnología ambiental del Instituto Tecnológico de la Alimentación, «la aportación fundamental de las biorrefinerías es su capacidad de transformar la biomasa a través de diferentes procedimientos (físicos, químicos, termoquímicos o biotecnológicos) en diferentes bioproductos de alto valor añadido».