Los emprendedores son unos supervivientes. Esto es algo que hemos comentado en muchas ocasiones a través de estas líneas, pero el verdadero buen emprendedor es aquel que es resiliente. La resiliencia, esa palabra que se ha puesto de moda en los últimos tiempos pero que pocos son sabedores de lo que realmente significa, a menos que lo hayas vivido en tus propias carnes.
La resiliencia es esa capacidad de superar cualquier adversidad; y los emprendedores saben mucho de esto. Ellos sí que lo sufren. Siempre surge algún reto que resolver, algún traspiés. Porque, si analizamos bien los emprendedores de las startups de hoy, son aquellos que iniciaron su andadura hace dos, tres años, y que en su camino se han tenido que enfrentar a una pandemia y cuando ya pensábamos que toda esa pesadilla había pasado, ahora resulta que nos enfrentamos a un escenario económico de incertidumbre con la inflación en ascenso y la subida imparable de los tipos de interés. Pero aquí reside realmente la cuestión. Los momentos difíciles son el escenario donde se demuestra realmente la capacidad de darlo todo. No importa lo que haya pasado el día anterior, no importa si fue malo o peor, solo importa reponerse y comenzar el día con energía renovadas. Esa resiliencia que poseen es esa resistencia sumada a esa persistencia que les permite superar retos que para otros podrían ser imposibles.
Nosotros, desde el punto de vista como inversores, tratamos siempre de descubrir, quienes son esos emprendedores realmente resilientes. En los momentos buenos muchas personas parecen tener capacidades, pero es en los momentos malos es donde realmente se demuestra lo que uno es capaz y ese es el verdadero valor que los hará diferentes y con posibilidades de triunfar.
En el discurso de mi graduación en el MBA hace ya unos años en IESE, Oliu, en plena crisis inmobiliaria, comentó «en momentos buenos casi cualquier empleado vale, es en momentos malos donde ves realmente quienes son los que suman y quienes son los que realmente transmiten energía negativa y restan». Los emprendedores no se pueden permitir el lujo de ser de este segundo tipo, hay que ser siempre de los que suma y tira de carro; y eso señores se ve en esos momentos malos. Así que, ahora, más atentos que nunca, la resiliencia asoma y debemos de ser capaces de identificarla en quién la posee.
