La mitad de la población española de más de 45 años ha perdido uno o más dientes. En mayores de 65 años, solamente 1 de cada 10 conserva su dentadura natural (Fuente INE).  

Sin duda, los implantes dentales son la opción más cómoda, estética y duradera para reemplazar dientes perdidos, aunque algunas personas posponen por diferentes motivos una decisión que les puede cambiar su calidad de vida.

Decidir realizarse un tratamiento de implantes significa acabar con los complejos estéticos, con los problemas masticatorios y digestivos e incrementar la autoestima. 

A nivel estético, las personas con ausencias dentales desarrollan un complejo al sonreír que les obliga a cubrir la boca con la mano o a cerrar los labios de forma forzada para no dejar a la vista la falta de dientes. Incluso tienen a reducir su vida social. 

A nivel masticatorio, las personas con ausencias dentales evitan comer aquellos alimentos que suponen una complicación extra por no poder hacer algo tan básico como masticar en condiciones. 

Además, suelen aparecer problemas digestivos. Si no se mastica correctamente no es de extrañar que se produzcan digestiones pesadas por el sobreesfuerzo del organismo al metabolizar comida que no se ha triturado bien en boca. 

Ante esta situación, los implantes dentales son la mejor solución para recuperar la calidad de vida de forma segura y duradera: sonreír sin complejos y disfrutar del placer de comer con normalidad.

¿Son iguales todos los tratamientos de implantes dentales?

Los implantes dentales inmediatos son la única solución que permite disfrutar de dientes fijos desde el primer día del tratamiento. Esto permite sonreír con seguridad y comer una dieta sólida de consistencia moderada tras salir de la clínica. Al cabo de una semana el paciente puede comer ya el 90% de su dieta habitual. Y una vez finalizado el periodo en que el implante se consolida en el hueso, se sustituye la corona fija inmediata por la corona fija definitiva.  

El Dr. Alberto Vericat en una primera visita. Levante-EMV

En cambio, con la técnica convencional de implantes el paciente puede tardar hasta casi un año en tener dientes fijos. Esto se debe a que tiene que esperar entre la extracción de los dientes y la colocación de los implantes, y entre la colocación de los implantes y los dientes fijos. Durante ese doble tiempo de espera el paciente tiene que utilizar sobredentaduras, algo que no resulta cómodo ni estético. 

La técnica de implantes y dientes fijos desde el primer día se utiliza en tratamientos para reponer uno, varios o todos los dientes de ambos maxilares.  Se realiza con anestesia local, por lo que resulta complementamente indolora. 

Para casos de elevada ansiedad y en rehabilitaciones integrales “ofrecemos la posibilidad de sedación consciente para que el paciente esté totalmente relajado durante la intervención”, comenta el Dr. Alberto Vericat. 

Hace más de 20 años que el Equipo Vericat se dedica en exclusiva a la implantología dental. Además, desde 2002 es pionero en la técnica de implantes y dientes fijos desde el primer día

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