Más de la mitad de la población mundial padece sobrepeso (2 billones de personas) y 650 millones de personas son obesas, el equivalente a un tercio de la población. Estas cifras convierten a la obesidad en la ‘gran pandemia del siglo XXI’.

Los hábitos de vida poco saludables y la sobrealimentación que sufren muchas personas ha llevado a triplicar el número de obesos desde 1975. En España, el 60 % de la población tiene exceso de peso, mientras que el 21 % padece obesidad, según la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (SEEDO). Además, el exceso de peso contribuye a aumentar el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares y otras patologías. 

En este sentido, uno de los grupos de edad con mayor riesgo son los niños y las niñas. El aumento de la obesidad infantil preocupa especialmente a la OMS, que estima que hasta 70 millones de niños y niñas en todo el mundo podrían tener sobrepeso en 2025. Para evitarlo, es importante reducir las dietas calóricas a los más pequeños y evitar el sedentarismo en las edades más tempranas.

Mayor riesgo de padecer diabetes

La obesidad multiplica por tres las probabilidades de desarrollar diabetes, según diversos estudios. Esta enfermedad, que afecta a más de 400 millones de personas en el mundo, provoca un deterioro en la calidad de vida de los pacientes y disminuye su esperanza de vida en 10 años, además de obligarles a realizar tratamientos crónicos y estigmatizantes (insulina) para controlar la glucemia.

El 90 % de los casos de diabetes en el mundo son de tipo 2 (DM2), que aparece en los adultos con sobrepeso y obesidad cuando un incremento de grasa en el cuerpo aumenta la resistencia a la acción de la insulina que produce el páncreas, el cual tiene que trabajar más de lo necesario y termina por agotarse. 

Por otro lado, se estima que el 80 % de las personas con diabetes fallece por enfermedad cardiovascular, una estadística que se puede llegar a multiplicar por seis cuando la enfermedad está asociada a la obesidad. “Todo esto es evitable si se hace un diagnóstico en fases precoces y se realiza un tratamiento adecuado, que engloba no solo los fármacos sino también cambios en el estilo de vida, con una dieta saludable mediterránea y aumentando la actividad física”, asegura el doctor Carlos Sala, jefe de la Unidades de Obesidad de Quirónsalud Valencia y Alicante.

La diabetes afecta a más de 400 millones de personas en el mundo. Levante-EMV

La evolución de esta enfermedad en todo el mundo es muy preocupante, pues la cifra de personas con diabetes se ha multiplicado por 4 en los últimos 25 años y se espera que llegue a los 600 millones en 2035. “Los 55 millones de diabéticos que viven en Europa se convertirán en 70 millones en poco más de quince años”, vaticina el especialista.

A nivel autonómico, esta enfermedad afecta al 14 % de la población en la Comunitat Valenciana, aunque el 50 % lo desconoce, ya que no presenta síntomas en sus fases iniciales, “lo que provoca que, en muchas ocasiones, se diagnostique la diabetes años después, cuando ya ha afectado al organismo y dado lugar a complicaciones. Por ello hay que buscarla activamente”, explica el doctor Sala, “pues si los niveles de glucosa se mantienen elevados aparecen las complicaciones por la diabetes”.

La relación entre la diabetes y la obesidad, cuya incidencia en España y Europa se sitúa entre el 20 % y el 25 %, llevó a los expertos a empezar a considerar ambas patologías como una sola enfermedad y tratarla de forma conjunta, bajo el término "diabesidad".

Cirugía bariátrica

Durante los últimos años, la cirugía bariátrica o metabólica se ha presentado como la técnica más recomendada por los médicos para aquellos pacientes con un índice de masa corporal superior a 35 y que padecen enfermedades asociadas a su obesidad (DM2, hipertensión arterial o dislipemia). Sin embargo, “debido a la epidemia mundial de diabetes y obesidad, desde hace unas décadas estamos dirigiendo las intervenciones hasta la resolución de la diabetes tipo 2, incluso en pacientes con sobrepeso u obesidad grado I que aún no son obesos mórbidos pero que sufren la diabetes tipo 2”, aclara el doctor Sala.

Este tipo de cirugía garantiza seguridad y eficacia, además de tener riesgos mínimos para el paciente, que está listo para abandonar el hospital 48 horas después de la intervención. De este modo, el 80 % de quienes se someten a la intervención dejan de ser diabéticos y el 20 % restante mejora sustancialmente. Por otro lado, también logra una pérdida superior al 70 % del exceso de peso y un aumento medio de 10 años en la vida de los obesos.

“La efectividad es inmediata en pacientes con diabetes tipo 2, que habitualmente dejan de usar insulina y medicación en las semanas siguientes de la intervención”, explica el doctor Carlos Sala.

A pesar de ello, tan solo un 5 % de las personas obesas en España se somete a esta intervención, bien por falta de información o de acceso a estas unidades. En este sentido, el doctor Sala aboga por un mayor conocimiento de la técnica y sus ventajas entre los especialistas de atención primaria.

Grupo de riesgo frente al coronavirus

Paralelamente, el mundo afronta una de las mayores crisis sociosanitarias de toda su historia. La pandemia provocada por el coronavirus ha afectado a más de 48 millones de personas, con más de 1 millón de fallecidos por el momento.

La obesidad podría duplicar el riesgo de fallecer por coronavirus. Levante-EMV

A pesar que todavía se desconocen muchos aspectos relacionados con el virus, diversos estudios han demostrado algunos de los factores con peor pronóstico: la edad, hipertensión arterial u obesidad. El 65 % de los pacientes ingresados desde el inicio de la pandemia tenía obesidad y se estima que el riesgo de complicaciones para estos pacientes es hasta seis veces superior que la media. Según el doctor Sala, “estas cifras son preocupantes, porque se constata que una cuarta parte de la población española está especialmente expuesta a un riesgo duplicado frente a la infección”.

Las personas que padecen obesidad suelen tener una gran cantidad de enfermedades asociadas (diabetes, hipertensión arterial, dislipemia, esteatosis hepática, apnea del sueño, nefropatía…), además de menor capacidad pulmonar, peor intercambio gaseoso en los alvéolos y una musculatura respiratoria más débil. 

Debido a ello, el 85 % de los pacientes con obesidad ingresados por coronavirus acabaron intubados y ventilados, con un índice de fallecidos del 62 % -frente al 36 % de media-. “Los pacientes obesos presentan una mecánica respiratoria alterada, con mayor resistencia al flujo de aire y peor intercambio de gases, menor capacidad pulmonar y menor fuerza de la musculatura respiratoria. Ésta peor capacidad de los obesos para ventilar los pulmones empeora en situaciones críticas como en el caso de la respiración asistida en las Unidades de Cuidados Intensivos, por la posición, la inmovilidad y la peor adaptación a las mascarillas. Por otra parte, las comorbilidades asociadas a la obesidad, como patología cardiovascular e hipercoagulabilidad ocasionan fenómenos tromboembólicos sistémicos que ensombrecen el pronóstico que, unido a la hipertensión arterial, la resistencia insulínica, la dislipemia y la nefropatía propias del paciente obeso, también aumentan la mortalidad”, detalla el doctor Sala.

Por último, se estima que el tejido graso de las personas obesas se comporta como un reservorio del virus. De esta forma, aquellos positivos por coronavirus serían infectivos más tiempo y tardarían más en negativizar las pruebas PCR.

Unidad de Obesidad de Quirónsalud

La permanente dedicación al tratamiento de la obesidad mantiene a los hospitales de Quirónsalud en la primera línea de fuego de esta batalla, incluso en la situación actual, en la que la pandemia provocada por el coronavirus demuestra tener un peor pronóstico para estos pacientes.

La Unidad de Obesidad de Quirónsalud en Valencia y Alicante, de carácter multidisciplinar, está conformada por endocrinólog@s, dietistas y nutricionistas, psicólog@s, digestólogos endoscopistas, cirujanos bariátricos y metabólicos, radiólog@s, enfermer@s ATS, comerciales y administrativ@s. 

Esta unidad trabaja en un entorno seguro, libre del virus, para proporcionar una atención de calidad, segura y garantizada al paciente con obesidad. Para ello, realiza los test serológicos y de PCR necesarios a sus pacientes, con tal de minimizar los riesgos y garantizar una asistencia segura y confiable. Todo su personal sanitario ha pasado los test del coronavirus y desinfectan continuamente el hospital y las consultas. Por este motivo, en Quirónsalud se sienten orgullosos de poder retomar su actividad con las máximas garantías para sus pacientes y sus profesionales.