Una revisión ocular puede no servir solo para ver si han aumentado las dioptrías de nuestra miopía o si tenemos algún problema de tensión ocular, sino que también se puede convertir en una herramienta fundamental para descubrir alguna enfermedad del resto de nuestro sistema. «Es por la capacidad de servirnos para detectar no solo una patología oftalmológica, sino también sistémica, que resulta importante revisarse independientemente de que no tengamos síntomas», corrobora el Dr. Rahhal.   

«Los ojos son la única vía que tenemos de explorar el interior del cuerpo humano sin hacer cortes ni abrir. Tenemos, por ejemplo, acceso directo a visualizar el sistema vascular viendo los vasos de la retina, lo que nos permite detectar de forma precoz enfermedades como la diabetes. También debemos pensar que el ojo es una prolongación del cerebro en sí y consta de tejido neuronal, de forma que también podemos valorar alteraciones del sistema nervioso central explorando las capas de la retina y el nervio óptico», expone el doctor. «El ojo es una ventana al interior del cuerpo humano», insiste.

Por todo ello, los expertos coinciden en que es recomendable realizarse una revisión oftalmológica de forma anual —a no ser que se padezca una patología, cuando la frecuencia deberá ser todavía mayor—. Además, hay ciertos momentos vitales en los que se debería hacer más hincapié en estas revisiones, como, por ejemplo, la infancia.

Las revisiones oculares pueden prevenir la aparición de múltiples patologías oftalmológicas. ED

Frenar la miopía en los niños

«En el caso de los niños y las niñas, las revisiones cobran especial importancia, ya que si el niño nunca ha visto bien no se va a quejar, pues siempre ha visto así y lo considera normal», apunta el Dr. Rahhal. «En caso de determinadas patologías, el tratamiento en etapas tempranas es importante ya que, si no, puede desarrollarse ojo vago (ambliopía), con la consecuente pérdida visual no recuperable», incide. 

Una de las cosas que se puede descubrir bien temprano es la miopía, y ello puede servir para frenar su crecimiento durante la infancia. Este freno a su progresión puede disminuir la probabilidad de riesgos asociados a miopías altas, como es el desprendimiento de retina

¿Cómo frenar esta progresión? «Tras hacer un estudio oftalmológico se pueden emplear unas lentes de contacto, que por un sistema de desenfoque periférico impedirán que se produzca el crecimiento anómalo y exagerado que se produce en los ojos muy miopes», detalla el doctor.

De este modo, los especialistas aconsejan que las revisiones deben comenzar a los tres años de edad, a no ser que se haya detectado antes una patología —por ejemplo que el niño no siga objetos con la mirada, alguna anomalía anatómica, que desvíe alguno de los ojos de forma intermitente o si se ve un reflejo blanquecino en sus pupilas—, cuando habrá que ir antes al médico.

Doctor Rahhal: “Las revisiones oculares sirven para detectar otras patologías”. ED

Cuándo realizarse una revisión ocular

Asimismo, otros momentos cruciales son el inicio de la adolescencia —en la que suelen iniciarse problemas como la miopía, la hipermetropía o el astigmatismo—; el embarazo de una mujer —cambios de graduación o alteraciones a nivel de fondo del ojo—; a partir de los 45 años —presbicia o vista cansada, glaucoma o aumento de la presión intraocular— o a partir de los 60 años —cataratas o degeneración macular asociada a la edad—. «A partir de los 60 insistimos encarecidamente en que las revisiones sean anuales», recalca el Dr. Rahhal.