Durante el último año, la salud mental de millones de ciudadanos se ha visto afectada en mayor o menor medida por la situación excepcional que vivimos a causa de la pandemia y algunas enfermedades mentales se han agravado, además de proliferar otros cuadros como ansiedad, depresión o trastornos alimenticios. 

La Doctora Marta Corral, psiquiatra en el Hospital IMED Valencia repasa cuáles están siendo los efectos de la pandemia en la salud mental y nos indica algunas recomendaciones para entrenar nuestra mente y sobrellevar esta situación.

Hace poco más de un año que se decretó el estado de alarma. ¿Qué trastornos se han agravado durante el último año y cuáles han surgido a raíz de la situación excepcional que vivimos?   

En general, sabemos que la pandemia ha pasado una amplia factura a la salud mental, y es que existen muchos factores derivados de la situación que están influyendo de forma negativa: el aislamiento social, la pérdida de empleo, los problemas económicos, la violencia de género, los duelos por pérdidas de seres queridos, así como la incertidumbre y el enfrentamiento a una situación estresante que se encuentra fuera de nuestro control.

Estamos viendo muchos síntomas reactivos: ansiedad, dificultades para dormir, síntomas depresivos… Además del empeoramiento clínico de pacientes con trastorno mental grave, lo que también nos preocupa. 

 

¿Qué es la fatiga pandémica?

Se trata de una reacción de agotamiento frente a una adversidad que se está manteniendo en el tiempo, es decir, una situación de malestar físico y mental derivado de este estrés permanente. 

La importancia de darle nombre está en reconocer y entender las dificultades que la población está presentando, para poder crear estrategias nuevas e incentivos para mantener las recomendaciones preventivas así como medidas de promoción de la salud.  

 

¿Cómo podemos saber si estamos padeciendo algún tipo de trastorno?

En la salud mental, como en el resto de especialidades, es importante individualizar cada caso. Hay que entender y normalizar, que la mera presencia de emociones como miedo, irritabilidad, preocupación o tristeza, no necesariamente son reacciones patológicas. 

Considero que es fundamental aprender a identificar y de esta forma normalizar lo que sentimos; el poder encontrarnos tristes o agobiados sin que esto desencadene un sentimiento de culpa. 

Existen otros factores que influyen y se deben valorar, como son la intensidad de los síntomas, la duración y la afectación de la funcionalidad. De ahí la importancia de crear espacios, no solo en consulta, sino en centros educativos y los ámbitos familiar y laboral, para poder expresar lo que sentimos, y, en cualquier caso, solicitar ayuda profesional

Doctora Marta Corral, psiquiatra en el Hospital IMED Valencia. ED

¿Cómo podemos suplir o afrontar esta incertidumbre y encontrar el sentido a nuestro día a día?

Focalizar la atención en el aquí y el ahora, en lo que depende de nosotros y lo que tenemos a nuestro alcance en el día a día, nos va a ayudar a proteger nuestro bienestar: la búsqueda de recursos a nivel personal, situaciones cotidianas que nos hagan sentir bien, realizar actividad física, una buena alimentación y mantener el contacto social (ya sea personalmente o a distancia). 

 

¿Han detectado un repunte de los trastornos alimenticios? ¿Hay alguna recomendación o pauta para que la ansiedad no se traduzca en mala alimentación?

Es cierto que estamos viendo un aumento de casos y el confinamiento se ha considerado como un factor precipitante para el desarrollo de un trastorno de conducta alimentaria en población vulnerable, así como un factor de riesgo de empeoramiento en personas con patología previa

En este sentido, también son muchos los factores que pueden estar asociados, como el cambio en los hábitos de vida, horarios de sueño, la alimentación, la actividad física y el sedentarismo, la pérdida de rutinas, el aumento de la autobservación y el retraso en el diagnóstico de los nuevos casos o la interrupción de los tratamientos en marcha. 

 

 

¿Podemos realizar ejercicios o seguir algún decálogo de actividades mentales para no caer en este desánimo?

Es importante priorizar nuestro bienestar emocional. De la misma manera que nos protegemos físicamente, mantenemos la distancia social o utilizamos mascarillas, necesitamos aprender estrategias que podamos incorporar para cuidar nuestra salud emocional. 

Mantener un estilo de vida saludable, realizar ejercicio físico y cuidar la alimentación, un correcto descanso nocturno, tener una vida social sana y realizar actividades cognitivas nos pueden ayudar a mejorar nuestra salud física y emocional. 

 

¿El exceso de información ayuda a sobrellevar la fatiga pandémica o puede agravarla?

Es necesario desconectar, de nuevo dar importancia a mantener nuestro bienestar; esto no quiere decir que nos olvidemos del peligro y de la necesidad de cumplir las normativas, pero el exceso de información de contenido negativo, así como la información contradictoria que recibimos en nuestro día a día, genera una montaña rusa de emociones que desencadena una intensa fatiga emocional. 

Es importante hacer un consumo contenido de información, contrastar las fuentes, la exactitud y la fiabilidad de las informaciones que recibimos, especialmente en la era de las redes sociales y las fake news. 

 

¿Cuándo deberíamos acudir a profesionales para que nos ayuden a superar una situación difícil como esta? 

Existen personas que pertenecen a grupos más vulnerables, que pueden desencadenar síntomas que afecten a su bienestar y funcionalidad. Estas pueden beneficiarse de un abordaje psicoterapéutico y/o psicofarmacológico, y aprender estrategias de afrontamiento que sean alcanzables y posibles. Estrategias que puedan incorporarse para poder cuidarnos, que serán diferentes e individualizadas en función de la necesidad de cada paciente.  

 

¿Alguna reflexión más que quiera añadir? 

Me gustaría hacer especial hincapié en la importancia de reforzar los dispositivos de salud mental. Me alegra saber que empezamos a dialogar sobre salud mental con mayor naturalidad y a tomar conciencia de la necesidad de una salud integral. 

Aunque aún queda mucho camino por recorrer, espero que esto sea una oportunidad para fortalecer e implementar medidas de promoción, prevención y restablecimiento de la salud mental para poder así satisfacer las necesidades de las personas con patologías mentales.