Josep Antoni Duran Lleida ha hecho historia como candidato de CiU al Congreso al conseguir 16 escaños que le sirven para romper la hegemonía del PSC y vencer por primera vez en unas generales en Cataluña, un resultado que al mismo tiempo supone un espaldarazo al Govern de Artur Mas.

CiU afrontaba estas elecciones con un reto y un temor: los más optimistas confiaban en el 'sorpasso' venciendo por primera vez a los socialistas en Cataluña, mientras que los augurios más negros apuntaban a la posibilidad de que los nacionalistas se viesen relegados a la tercera plaza, sobrepasados por los populares.

Era más que previsible que los 15 escaños de diferencia que los socialistas le sacaron a CiU en 2008 (25 a 10) quedasen reducidos a la mínima expresión, pero a decir verdad en las filas nacionalistas eran pocos los que confiaban en darle la vuelta a los resultados, con el gobierno de Mas abanderando medidas contra la crisis.

Prueba de ello es que tanto Duran como Mas coincidieron en el pronóstico electoral que dejaron apuntado en la 'porra' organizada por los periodistas que cubrieron su campaña: empate a 15 PSC-CiU.

Con este histórico resultado, CiU completa uno de sus ciclos electorales más dorados en menos de 365 días: hace casi un año Mas ganaba las elecciones al Parlament y se convertía en presidente de la Generalitat; en mayo era Xavier Trias quien lograba arrebatar la alcaldía de Barcelona al PSC y, hoy, ha sido el turno de Duran.

La de hoy ha sido una de las noches más dulces de Duran: a la tercera, ha conseguido superar su techo de 10 escaños, obtenidos tanto en 2004 como en 2008, los peores resultados de CiU en unas generales desde que en 1979 se quedó en 8.

Duran ha igualado los 16 diputados de 1996 y se ha acercado a los mejores registros de CiU en tiempos de Miquel Roca, quien en 1986 y 1989 alcanzó los 18 escaños y en 1993 obtuvo 17 actas de diputado.

Además, CiU ha vuelto a sumar más de un millón de votos en toda Cataluña, como ocurrió en 1986, 1989, 1993 y 1996, hasta que en 2000 bajó hasta los 970.421 sufragios, cifra que decreció en 2004 hasta los 835.471 y en 2008 se hundió hasta los 779.425.

Cosechando más del 29% de los votos en toda Cataluña, el triunfo de CiU se ha cimentado en su ascenso en la provincia de Barcelona, tradicional feudo socialista, donde los nacionalistas han pasado de 6 a 9 diputados, mientras el PSC se ha desplomado de 16 a 10.

Sólo Barcelona se le ha resistido a CiU: en Girona, ha crecido de 2 a 3 escaños, en Lleida ha pasado de 1 a 2 diputados, mientras que en Tarragona ha arrebatado al PSC la condición de primera fuerza al crecer de 1 a 2 representantes.

Además, el Govern de Mas se siente más legitimado que nunca, después de haber derrotado a unos socialistas que habían centrado sus ataques en los recortes presupuestarios de la Generalitat.