La campaña electoral disparó ayer su grado de crispación con el cruce de declaraciones entre la extrema derecha y el PNV, que tras el gesto de su portavoz en el Congreso, Aitor Esteban, de negar el saludo al diputado de Vox Iván Espinosa de los Monteros en el debate del viernes ha encendido a la ultraderecha que ha en las últimas horas defendido la ilegalización de los partidos nacionalistas en diferentes espacios televisivos y ayer de nuevo en un acto de su número dos, Javier Ortega-Smith. Vox utiliza las plataformas televisivas para tratar de captar el voto de los electores menos desinformados.

La reacción de los nacionalistas vascos no se hizo esperar. Tanto Esteban como el presidente del PNV, Andoni Ortuzar se revolvieron contra la ultraderecha y aseguraron que ni Franco ni Hitler pudieron con ellos. El PNV pregunta a los partidos «españoles» qué opinan sobre que «los franquistas» amenacen con la ilegalización.

Los nacionalistas vascos, que durante años apoyaron gobiernos de socialistas y de populares y que dieron estabilidad a gobiernos de Felipe González y José María Aznar cuando lo necesitaron. Ambos sacaron adelante investiduras con formaciones nacionalistas tanto vascas como catalanas.

Ortuzar llamó a Vox «fachas de playmobil» y Esteban aseguró que los partidos españoles están blanqueando a la ultraderecha. Ambos mostraron su malestar su malestar por la actitud de representantes del partido de Santiago Abascal en sendos debates electorales televisivos celebrados estos días. El viernes, el portavoz de Vox en la Cámara Baja, Espinosa de los Monteros, llamó a los nacionalistas vascos «racistas y xenófobos», lo que provocó que Esteban rechazara estrecharle la mano al finalizar el programa, rechazo que está en el origen de la bronca entre la ultraderecha y los nacionalistas vascos. «No damos la mano a franquistas», aseguró posteriormente la formación jeltzale. El sábado por la noche volvió a producirse otro polémico debate, en esta ocasión en la Sexta, en el que el secretario general de Vox, Javier Ortega Smith, afirmó que el fundador del PNV, Sabino Arana, fue «el mayor racista, xenófobo y esquizofrénico», y acusó a los jeltzales de pactar con Adolf Hitler «para que les ayudara» en la Guerra Civil. Además, les advirtió de que «se preocupen de verdad» porque, si pueden, ilegalizarán al partido nacionalista.

Ayer, durante su intervención en un acto electoral en San Sebastián, Ortuzar profundizó en la cuestión y recordó que el PNV lleva más de un siglo en el Congreso de los Diputados defendiendo los intereses de Euskadi. «Pero ahora, unos recién llegados a la democracia, que no quiere decir demócratas a dar lecciones cuando los gudaris que lucharon en la guerra del 36 resistieron al fascismo y nuestra gente en el exilio y clandestinidad, resistió 40 años a Franco», dijo.

También ERC y Junts, para los que Vox pide también la ilegalización por apoyar un «golpe de Estado», respondieron a la ultraderecha. Mientras, el portavoz parlamentario de los republicanos catalanes, Gabriel Rufián, insistió en que la solución en Cataluña sólo llegará con el diálogo su homóloga de Junts, Laura Borràs, advirtió de que la independencia ya no tiene marcha atrás.

«Me gusta muy poco lo que dice, me gusta usted bastante poco y su partido menos, pero jamás, como demócrata, voy a pedir que les ilegalicen. Les quiero ganar en las urnas y, de momento, lo estamos consiguiendo», replicó el portavoz de ERC en el debate. «Usted no puede ilegalizar ni instar a la ilegalización porque usted no es un demócrata», remató.