Levante-EMV

Levante-EMV

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

En el aula con Montiel

El candidato sale del laboratorio

El aspirante de Podemos, Antonio Montiel, profesor desde 1998, celebra sus últimas clases de Políticas antes de saltar a la vida institucional

El candidato sale del laboratorio

19:15 horas del martes en el campus de Tarongers. El abogado Antonio Montiel se quita el traje de candidato y vuelve al que ha sido uno de sus hábitats desde hace casi dos décadas. Recién llegado de una entrevista en una tele de Madrid, abandona durante una hora la «centralidad del tablero» „ese concepto cuántico que le permite estar en la izquierda y la derecha al mismo tiempo„ y se sumerge en la teoría de siempre. Hoy, la clase trata sobre los cambios económicos, socioculturales y de comportamiento político que forman el sustrato de la crisis. «Pensaba que tenía una visión más moderada, no parece el prototipo de Podemos», apunta un alumno antes de comenzar la clase. Desde 1998, el hoy candidato a la Generalitat Antonio Montiel Márquez ha sido profesor de la Universitat de València. Primero, de Derecho; y, desde hace una década, de Ciencias Políticas. Levante-EMV le acompaña en su última clase antes de «asaltar» la política institucionalizada. En las Corts o, tal vez, en el Consell.

La sensación de experimento con toda la sociedad en la probeta en torno a este partido liderado por científicos de la Política resulta inevitable al entrar con él en el aula. Las ideas de «casta», «superación de las etiquetas ideológicas» o «asalto al poder» que forman el cuerpo narrativo de Podemos parecen la respuesta práctica a los conceptos que manejan en clase con perspectiva académica. Pérdida de soberanía en manos de organizaciones internacionales; cuestionamiento de la legitimidad institucional; aparición de nuevos actores sociopolíticos. Los líderes de Podemos tienen muy «empollado» el marco teórico. Carecen de experiencia, pero conocen los códigos, la demoscopia y las tretas del noble arte de la Política. «Se han desvanecido los referentes: desde las ideologías que lo explicaban todo hasta la seguridad de que si me pongo enfermo me atenderán en un hospital», cita Montiel para rematar la clase. El paralelismo con el grupo de teóricos que desde la Complutense de Madrid puso en marcha este nuevo fenómeno „los Iglesias, Errejón, Bescansa„ también resulta inevitable. Como ellos, pasó por el CEPS. De hecho, fue uno de los fundadores de ese «think tank» con DO Valencia que ha experimentado en Latinoamérica y ha adquirido rasgos míticos como cantera para Podemos y otros partidos de izquierda, como Blanco (EU) o Joan Ribó (Compromís).

Pero Montiel reconoce las diferencias con sus 'jefes' de Madrid. «No soy un 'profe' molón», bromea el candidato. «El 'gap' generacional en su caso es muy pequeño „Montiel tiene 57 años, Errejón apenas 32„. Se pueden permitir un código de lenguaje diferente», apunta. Así que quien espere una clase llena de metáforas de «Juego de Tronos» se ha equivocado de aula. Montiel no cita a Tyrion Lannister ante sus pupilos, sino a Alcaraz y Josep Fontana.

El profesor «convencional», con todo, salpica la lección de perlas de la actualidad, de hoy y de los últimos años. Aquí un poco de caso Imelsa, más allá una pizca de 15-M y del «No a la guerra» como ejemplos prácticos. «No quiero que perciban la ciencia política como algo alejado de la realidad, quiero que lean la prensa», explica al término de la lección.

En las clases de Montiel „«Política comparada» y «Cultura, comportamientos y actores políticos»„ hay algún entusiasta. También hay críticos que señalan a su partido como «populista» y «atrapalotodo». En Tarongers no se enfrenta a ciudadanos más o menos informados, más o menos cabreados, sino a politólogos en formación y ya con militancia en partidos valencianos. La ciencia política, en cualquier caso, no es su «vocación». «Mi aprendizaje se dirige más hacia las políticas públicas», apunta este abogado con bufete. Su faceta política no bebe tanto de la universidad sino de los movimientos sociales. Adquirió cuota de pantalla como portavoz de la plataforma per l'Horta y como ponente de la reciente ILP en las Corts a favor de la TV pública. De ahí saltó a Podemos, ante el pasmo de los partidos de la oposición que le auparon.

Alto cargo con Lerma

Mucho antes de entrar en política, sin embargo, este veterano ya tenía experiencia en gestión pública. Es secretario de ayuntamiento en excedencia y ha ejercido de funcionario de la Generalitat. En su currículo de aspirante a líder de Podemos 'olvidó' reflejar que en los 90 fue cargo de libre designación en la administración Lerma, como gerente de la oficina del Plan RIVA, de rehabilitación del centro de Valencia.

Sus rivales utilizaron el detalle como munición durante su aterrizaje para desacreditar su aureola «anticasta». Montiel se defiende con un argumento que casi podría reivindicarle como 'podemita' «avant la lettre»: «Dimití en 1996 porque el conseller del PP Luis Fernando Cartagena bloqueó las ayudas a 700 familias que tenían en trámite subvenciones para rehabilitación de viviendas. Se les adeudaba 1.000 millones de pesetas».

21 horas. Termina la jornada del candidato-profesor, que enfila un desangelado pasillo del aulario norte de Tarongers con un capazo de trabajos para corregir. El tema, los estados totalitarios, pero de Asia y África: prohibido recurrir al socorrido nazismo. «Mi idea es estimular el conocimiento», insiste. Será su última tarea hasta quién sabe cuándo. No piensa volver a las aulas mientras esté en política: «Me verían en la tele diciendo una cosa y luego en clase. Se percibiría que no hay objetividad», se despide Montiel, que abandona el laboratorio camino de la arena política.

Compartir el artículo

stats