Estamos a las puertas de unas elecciones decisivas. Siempre lo son, pero esta vez nos jugamos mucho. La Comunitat ha venido realizando muchos esfuerzos en estos últimos cuatro años, han sido momentos de dificultades, de ser más eficientes que nunca, a lo que la sociedad valenciana ha respondido con ejemplaridad.
Todo esfuerzo tiene su recompensa y esos sacrificios comienzan a dar sus frutos. Todos los indicadores apuntan que en esta tierra se está generando empleo, riqueza, oportunidades. Desde el punto de vista sanitario, que he gestionado en estos últimos años, hemos conseguido mantener la calidad del sistema sanitario, contando para ello con la colaboración de nuestro principal activo: el profesional. Todas estas medidas, difíciles de aplicar muchas veces, créanme, han permitido que nuestra Comunitat ofrezca en estos momentos estabilidad y sea ejemplo de recuperación en España y la Unión Europea.
El próximo domingo debemos decidir si queremos seguir este camino o echar marcha atrás y tomar otro camino que no sabemos adónde nos llevaría. Debemos elegir la estabilidad frente a la inestabilidad de un conglomerado de partidos, las propuestas realistas del PP o el camino a ciegas y los experimentos contradictorios de otras fuerzas políticas.
El Partido Popular siempre ha hablado con claridad y sinceridad al ciudadano y su programa así lo refleja. El PP presenta un programa claro, concreto, real, en el que las propuestas se materializan en medidas concretas. Las alternativas son vaguedades, propuestas que no explican cómo van a llevarse a cabo. El ciudadano, hoy más que nunca, exige saber adónde va y, sobre todo, ser partícipe de la definición del camino.
En definitiva, el día 24 elegimos nuestro futuro, elegimos si queremos continuar el camino iniciado, que nos ha llevado a la estabilidad, o si optamos por un destino desconocido y nada halagüeño. En el PP sabemos adónde vamos y hemos demostrado que escuchando a los ciudadanos elegimos la buena dirección.
