El PP ha experimentado un batacazo generalizado en las elecciones autonómicas del pasado domingo, pero hay candidatos que han aguantado mejor que otros, lo que les podría conferir mayor autoridad a nivel interno. El presidente Fabra no esuno de ellos. Los 557.926 votos perdidos respecto a 2011 ha supuesto para el PPCV retroceder 22 puntos en el porcentaje de voto, lo que sitúa al todavía presidente Alberto Fabra a la cabeza del retroceso nacional y evidencia hasta que punto los casos de corrupción han incidido en el batacazo electoral.

La comparativa de los resultados obtenidos por el PP en las diferentes autonomías evidencia que allí donde más alto se estaba es donde más se ha caído, si bien el desmoronamiento de la plaza valenciana, un símbolo durante veinte años del poder popular, es especialmente sangrante. Murcia, con una caída en porcentaje de voto de 21 puntos y Madrid, con 18 puntos porcentuales menos, siguen a la Comunitat Valenciana en este ranking. Referentes hasta el momento como el balear José Bauzà también salen tocados, con 17 puntos menos, mientras que sólo una candidata del PP, la asturiana Mercedes Fernández, logra mejorar los resultados

La realidad es que el resultado cosechado por Fabra (653.000 votos) retrocede al PP a 1991 y saca a la organización del club del millón de votos, donde ingresó, por primera vez, en las autonómicas de 1995. Las generales de 2008, con Francisco Camps como líder del PP, es la marca invencible:. 1.411.052 votos, más de 758.000 votos más que los contabilizados el domingo. Un sueño, en estos momentos, para una marca que arrastrado con ella a los alcaldes, echando por tierra la estrategia del PP estas elecciones y hundiendo el poder municipal

A diferencia de 2011, los alcaldes han arrastrado más votos que el autonómico en todas las provincias y y capitales de provincia, pero la diferencia no es significativa: 725.102 papeletas han ido a los municipios frente a los 653.186 sufragios que han ido a la Generalitat. Una diferencia de 71.916 votos que no ha evitado que el tsunami haya arrasado municipios con mayorías absolutas, o en los que, a priori, el alcalde no acusaba desgaste. La campaña del PP se diseñó pensando el el poder de arrastre de los alcaldes, pero ellos han sido arrastrados.