Los populares valencianos se han puesto las pilas tras diez días en estado de shock e intentarán meter cuchara en el futuro escenario político de la Comunitat Valenciana. La hipótesis de un gobierno socialista en minoría facilitado por Ciudadanos y por ellos mismos al abstenerse en el debate de investidura les abre expectativas de conservar algo de poder institucional, básicamente en el ámbito municipal. La aritmética, según los resultados del 24M, les da opción a retener 29 ayuntamientos en la C. Valenciana si Ciudadanos les facilita conservar la vara de mando. Se trata de municipios como Vilamarxant, Gandia, Alfafar, Oropesa, Torreblanca, Crevillent, Orihuela, Torrevieja y Santa Pola, entre otros, donde los populares necesitan el respaldo de Ciudadanos para retener la alcaldía. La diputación de Alicante es el otro gran bastión que el PP conservaría si hay acercamiento con el partido que preside Rivera. Ahora bien, en este escenario de posibles pactos, el PP necesita implicar a los socialistas. Sería su precio a pagar por prestar los votos a Puig.

Los populares admiten en privado que el peor de los escenarios posibles para ellos es que en la Generalitat gobierne Compromís y PSPV, con el apoyo externo de Podemos. Y empujarán para que los socialistas puedan gobernar en solitario. Eso sí, quieren que en esa posible negociación se hable también de ayuntamientos. En este contexto y, tras una caída de brazos muy criticada internamente, el PPCV quiere empezar a hablar con Ciudadanos. A nivel institucional no se ha producido ningún contacto, un hecho que sorprende a la formación que preside Carolina Punset, quien ya se ha visto con Puig y Mònica Oltra. Desde Ciudadanos se considera que lo lógico es que el PP, como fuerza más votada, contacte con ellos y pida una reunión. Con todo, Ciudadanos mantiene sus reticencias a unir fuerzas con el PP. No se niegan a sentarse a hablar, pero en algunas plazas como el ayuntamiento de Valencia tienen claro que no les apoyarían. En el resto de municipios, se ha dado libertad a las organizaciones, aunque los pactos serán supervisados.

El problema añadido que tiene el PPCV es que quien debería liderar estas converaciones, el todavía presidente de la Generalitat en funciones no está operativo. El vacío de poder ha hecho que durante estos diez días el PPCV se haya quedado fuera de juego, sin que nadie tomara las riendas. La reunión el pasado martes de los barones provinciales y la coordinadora generral del PPCV, Isabel Bonig, ha supuesto un punto de inflexión. Génova está por el acercamiento a Ciudadanos.