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Casado intenta aliviar su retroceso electoral y pide concentrar la derecha en el PP

El popular presenta a su partido como única marca «fiable» para sacar a Sánchez de Moncloa - Bonig apela a la «libertad» en Sanidad y Educación

Casado intenta aliviar su retroceso electoral y pide concentrar la derecha en el PP

La agenda social frente al clientelismo. La autopista administrativa y la fiabilidad frente a la burocracia para frenar la dispersión del voto de la derecha. La España de todos frente al «oropel» del Falcon y los palacios. Medidas para favorecer a las clases medias frente a la «limosnas de los socialistas». Y así hasta describir una España «en blanco y negro», el estado que el presidente nacional del PP, Pablo Casado considera que se oculta detrás de la «falsa moderación» de Pedro Sánchez. El candidato popular dejó en Alicante, en pleno ecuador de la campaña de las elecciones generales y autonómicas, una imagen de un PP que ha «aprendido de sus errores» y que ahora dice presentarse como la única opción fiable para recuperar el «futuro de la mejor nación del mundo».

Con estas palabras, en tono triunfalista e ilusionado, cerró ayer Pablo Casado el acto central del PP en la provincia de Alicante, de camino al 28A. Ante él, más de 1.500 personas que llenaron por completo los dos pisos de la sala sinfónica del ADDA, un recinto donde no pudieron entrar un par de centenares de personas que acudieron desde varias poblaciones para ver a su líder nacional. La fidelidad del militante del PP se puso de nuevo de manifiesto, al no quedarse en casa a pesar de la lluvia.

A todos ellos apeló Casado, que les pidió recuperar la confianza en el PP por ser los «únicos que hacen propuestas» mientras «los otros sigan dividiendo y hablado de Franco». Un «los otros» centrado principalmente en el PSOE y en Pedro Sánchez. El candidato popular escarbó entre datos históricos socialistas al decir que Felipe González acabó su mandato «sin crear empleo» y José Luis Rodríguez Zapatero «dejó las pensiones congeladas» y nos colocó al borde del «corralito griego». Y con estos dos antecedentes de presidentes socialistas que «se fundieron nuestros ahorros», Pablo Casado pronosticó que si sigue Pedro Sánchez al frente del Gobierno tras los comicios, en lo económico «volverá la crisis» y, en lo político, «mandarán Torra, Puigdemont, Otegi e Iglesias».

Ante ese futuro tan negro, Casado animó a los suyos a «servir» a ponerse «al servicio de la gente» para que el PP vuelva a ser un partido «imparable», eslogan de campaña de Compromís que ayer, cogió prestado Casado.

Valencianía en castellano

Por su parte, la libertad de elección y la bajada de impuestos fueron los temas básicos tratados por la presidenta autonómica del PP, Isabel Bonig. La candidata a la Generalitat defendió la existencia de «un PP renovado que defiende la igualdad y la libertad de todos los españoles y valencianos», que enfrente tiene, según Bonig «la peor versión de un PSOE entregado a la extrema izquierda y a los independentistas». De nuevo, Cataluña encima de la mesa. Y frente a la «imposición», Bonig defendió el valenciano como lengua de «no confrontación». Es más, la candidata del PP, defensora de las señas de identidad valencianas -para las que propone recuperar una ley de protección-, afirmó que se puede expresar «la valencianía hablando en castellano, como en la Vega Baja». Bonig incidió en que «si hay un partido que ha defendido la libertad educativa en esta tierra es el PP, intentando llegar a un acuerdo que rechazó el PSOE y luego acudiendo a los tribunales». Y como prueba, las «más de 40 sentencias del TSJCV que acreditan que la política lingüística cercena y coacciona la libertad y el derecho de los padres a elegir».

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