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Entrevista

Isabel Bonig: "Puedo tener muchos defectos, pero lo que no soy es derecha cobarde"

"Reivindicar está muy bien, pero no podemos hacer del agravio una permanente hoja de ruta"

Isabel Bonig, durante la entrevista, en la sede del PPCV. Fernando bustamante

D e Thatcher de la Vall a candidata 'correctamente política', explíquese.

Soy una persona vehemente, de principios, pero cuando me bajo de la tribuna soy dialogante y tolerante, aunque entiendo que la gente se quede con esa imagen, sobre todo por los tiempos en que no ha sido fácil. Había que evitar que el partido se derrumbara y que el Botànic viera que el PP no estaba acabado. Dicho esto, soy más liberal y de consenso que muchos progresistas de izquierdas, más que Oltra y que Puig.

Supongo que no es derecha cobarde...

Nunca, podré tener muchos defectos, pero cobarde no soy, ni derecha cobarde. El PP es plural, como la sociedad, odio los partidos de pensamiento único. Y creo en la libertad y lo demostré al luchar por las primarias y pelear por el voto en conciencia.

Las encuestas apuntan, ahora sí, que puede haber partido.¿Le decepciona que el milagro venga de la mano de la ultraderecha?

Cada uno le da el calificativo que quiera, para mí, mientras que no sean partidos ilegales y que vayan en contra de la Constitución... Claro que me gustaría una mayoría porque creo en el bipartidismo, pero es una nueva realidad y no hay que obsesionarse ni intentar parecernos a nadie. El PP tiene virtudes y eso se demostrará y acabará imponiéndose. El ejemplo es Podemos, hace cinco años eclosionó y parecía imparable y luego han perdido fuelle. Se notan los partidos con estructura, con sentido de Estado y los que no.

¿Entonces ve a Vox flor de un día?

Habrá que verlo. Si comparamos los fenómenos, puede que le pase. Crear una organización y aprovechar el malestar es fácil. Lo difícil es mantenerse. Y luego hay que gestionar. También le ha pasado a Compromís. Estos partidos de aluvión corren peligro de no poder establecerse en el territorio a diferencia del PP y PSOE.

Usted ha dicho que le gustaría seguir el ejemplo de Andalucía. En caso de ser posible, ¿prefiere a Vox dentro o fuera del Consell?

Habrá que esperar a los resultados y será Vox quien lo decida. En Andalucía no han entrado y creo que no entrarán porque obviamente no tienen estructura ni personal. Tengo claro qué pactaremos y qué no. Y no hay nada del pacto a la andaluza que no se pueda asumir.

¿Lo importaría cien por cien?

Sí... listas de espera, reducción de impuestos, libertad educativa, se puede asumir todo.

¿Descarta un sorpasso de Ciudadanos al PP?

Sí.

¿De ocurrir, aceptaría ser segunda de Toni Cantó?

Esto es futurible, pero si él ganase obviamente habría que ser coherente. Igual que no se entendió cuando Cs dijo que Juan Marí debía ser el presidente andaluz o cuando Mónica Oltra quería ser presidenta. En un pacto, quien tiene más escaños tiene que liderarlo, es lógico.

Vayamos al programa electoral. En el suyo, Casado plantea una auditoría del Estado autonómico y tiende la mano a comunidades para devolver competencias, ¿la Comunitat Valenciana estaría en este caso?

En principio, no. Aunque sí queremos una financiación para que esas competencias sean asumidas. Algunas competencias son estatales y deben seguir siendo y si alguna comunidad quiere devolver, sería su decisión. Lo importante es que, consumido el Estado de las autonomías, sería el momento de determinar bien las competencias. Se hizo con los ayuntamientos y habría que hacerlo entre autonomías y el Estado. El problema es qué hacemos con aquellas comunidades que no quieren cumplir la legalidad, como Cataluña. Se habla mucho de lealtad del Estado, pero también está la lealtad de las comunidades al Estado. Sería conveniente redistribuir competencias, pero para ello se necesita una reforma de la Constitución, pero abrir el melón sin consensos es muy difícil porque al nacionalismo lo aprovecharía, lo quiere es romper España.

A cuenta de la financiación, ¿cómo está ese juego de lealtades entre la Comunitat y el Estado?

Si alguna comunidad ha sido leal con España, esa ha sido la Comunitat Valenciana, pero creo que el Estado también ha sido leal con ella. Esto de reivindicar es perfecto, pero no podemos hacer del agravio una permanente hoja de ruta de todas las comunidades porque si no al final esto quiebra. Es lo que ha ocurrido en Cataluña. El problema territorial es histórico, viene de lejos. Mucha gente debería leer a Ortega y Gasset, su dicusrso en el 34, porque es calcado a lo que pasa: él decía que había que 'conllevar' el problema catalán porque no tenía solución.

Un plato fuerte de su programa es una bajada masiva de impuestos. ¿Con unas finanzas raquíticas como las de la Generalitat cómo encajar esa bajada de recaudación?

Es que las finanzas no son tan raquíticas. La situación ha mejorado, Puig y Oltra han tenido una recaudación más elevada y más transferencias del modelo sin cambiarlo porque la situación económica ha mejorado. El problema es cómo gestionarlas. Hay dos modelos: uno que habla de incrementar los gastos y otro que habla de bajar impuestos para que se invierta más y se recaude por otra vía.

¿Y qué gastos recortaría?

Los gastos son gestión, gestión, gestión. Los políticos hablamos siempre de ingresos y más gastos públicos, pero no somos conscientes de que no se le puede pedir más a las empresas. No se habla de la buena gestión y eso es un fallo. La colaboración pública-privada se ve como el enemigo público número uno. Que lo haga Podemos o Compromís? pero el PSOE.

¿Privatizar es ahorrar?

Lo dice el Síndic de Comptes. En un informe sobre Manises dijo que era un 24 % más barato y que los dos hospitales más eficientes son el de Torrevieja y Vinalopó-Elx. Esas fórmulas hay que usarlas con control.

¿Cuando el PP de Fabra gobernó hubo recortes, los habrá con un tripartito de derechas?

No hubo recortes en servicios públicos. ¿Cuántos colegios cerramos? ¿Qué hospitales? Sí, había problemas de pago. En el caso de los profesores, decidimos que los interinos cesaran cuando acaba el curso, por ahorrar para otras ocas. Se paralizaron obras, claro, pero no se cerraron hospitales. Pero este Gobierno ha cerrado ambulatorios por las tardes y camas en verano. Se han recortado 50 millones en las ambulancias. Ahora hay recortes.

¿Cómo sería su Generalitat?

Hay que hacer una auditoría y reestructurar. Por ejemplo, Sanidad o Educación no pueden tener una secretaría autonómica, es imposible. Tienen mucha gestión y personal. Recuperaría la integración entre Urbanismo y Medio Ambiente, y daría una pensada a Cultura y Educación. Transparencia, por ejemplo, no sirve cuando uno tiene la intervención o las sindicaturas. Pocos organismos, formados y que funcionen y no 40.000 chiringuitos.

¿Algún compromiso concreto de autolimitación de altos cargos o asesores?

Hombre, los mínimos posibles. Aventurar ahora qué se va a reducir? Lo hicieron Puig y Oltra y no lo cumplieron. Prefiero esperar a una auditoría financiera completa de toda la Generalitat.

¿Espera encontrar algo debajo de las alfombras?

Pues... por lo que está saliendo. La Agencia de Innovación, por ejemplo, no tiene registro de facturas.

Póngase en situación de elaborar su primer presupuesto, ¿quitaría la partida de la infrafinanciación?, ¿cómo cuadraría las cuentas?

Restructurando el sector público, y acabando con los chiringuitos, con muchas otras cosas y con una buena gestión. Si hay fórmulas que dan buenos servicios a un coste más eficiente habrá que apostar por ello.

¿No hay líneas rojas para eso?

No, estamos a favor de la colaboración público-privada en infraestructuras, sanidad, educación y dependencia.

¿Cuál es su plan para controlar a su gente en la Administración y que no se repitan las irregularidades del pasado?

Todas las adjudicaciones llevaban los avales de los informes técnicos. Los políticos deben salir de las mesas de contratación. Al final es que funcionen los controles. Ahora, mucha Conselleria de Transparencia, pero han quitado controles. Hay que reforzar la Abogacía, la Intervención y la Inspección. La Generalitat debe tener sus asuntos internos para revisar procedimientos de políticos y funcionarios. Hemos aprendido y hemos de ser conscientes de que en la gestión se ha de ser pulcro.

¿Y cómo se resuelve la escasez de manos en función pública?

El gran reto es establecer criterios objetivos para incentivar a quienes hacen un buen trabajo, ese es el gran hándicap de la función pública. Cuando uno tiene la plaza de por vida, piensa, los políticos van pasando y da igual que trabaje mucho que poco. Ahí necesitamos la complicidad de los sindicatos. Hay objetivizar como en la empresa privada, evaluar las politicas públicas, incentivar a quien ejecuta bien, incluido los altos cargos.

¿Por qué si el PP validó el requisito lingüístico para los docentes ahora lo quiere quitar?

No lo queremos quitar sólo exigirlo a aquellos profesores que vayan a la línea en valenciano. Lo pusimos para la educación porque queríamos un sistema bilingüe, pero vista la situación en Cataluña, que sea un mérito y quien lo tenga tendrá dos oportunidades.

¿Entonces es por miedo a lo que pasa en Cataluña?

Y por lo que pasa en la Generalitat, con un decreto sobre uso del valenciano que crea un registro de buenas prácticas y se impone a los funcionarios.

¿Si es presidenta y sigue Sánchez será el airete contra el sanchismo?

Seré leal, creo en las instituciones, y le voy a reivindicar igual que a Rajoy y en eso, tengo credibilidad. Y a Casado, también, no le quepa duda.

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