El pulso entre socialistas y Compromís por el grado de reivindicación de unos y otros ante Madrid ha sido uno de los puntos de choque entre los dos socios del Consell en los últimos meses.
Mientras Compromís echa en falta un mayor grado de exigencia de los socialistas ante Sánchez sobre todo en materia de financiación, el partido que lidera Ximo Puig defiende que la reivindicación es la misma que mantenían ante Rajoy. Ayer, por segunda vez en lo que llevamos de campaña electoral, la llegada del Fondo de Liquidez Autonómica (FLA), la herramienta que activó el Gobierno de España hace siete años para aportar el oxígeno financiero necesario para la subsistencia de la Generalitat, provocó un nuevo choque entre los socios, esta vez a cinco días de las elecciones.
Compromís pone en duda que el dinero del FLA (700 millones) haya llegado ya a la Comunitat Valenciana como anunció el jefe del Consell el pasado 13 de abril. El conseller de Hacienda, Vicent Soler, asegura que el dinero se está pagando desde el día 16.
Pero a la portavoz de Economía de Compromís, Mireia Mollà, las palabras ayer de Soler en la Diputación Permanente de las Corts, no le convencieron. Mollà sostiene que no es lo mismo la autorización que el pago y que es muy distinto realizar pagos del FLA a los acreedores valencianos que a cargo del FLA. Para Compromís en este anuncio hay tufo electoralista.
Mollà le dijo ayer a Soler que debería tener «el sentido de la responsabilidad como conseller y no como afiliado socialista».
Recordó que existe una resolución de las Corts reclamando que el FLA se pague siempre en enero y no cuando al Gobierno le venga bien, por lo que el pago en abril supone un retraso, algo que el conseller niega que se haya producido porque en años anteriores los fondos se pagaron en mayo o junio.
«Una parte del Consell (en referencia a los socialistas) no quiere ser molestos; es decepcionante», denunció Mollà, que considera que el FLA se ha adelantado este año de mayo a abril porque se han adelantado las elecciones, por lo cual el pago es electoralista.
Además, Compromís reclama que el plan de ajuste que exige el ministerio por la Ley de Estabilidad debe pasar por el pleno del Consell y asegura la diputada de la coalición que no tolerarán más excusas, silencio o ambigüedades.
Soler defendió que el plan de ajuste se ha realizado con absoluta normalidad, pero ese calificativo tampoco le pareció suficiente a Compromís, aseguró que ese plan solo supone ajustes contables y remarcó que el gasto público de los valencianos está controlado pese a que la Comunitat Valenciana sigue cuatro puntos por debajo de la media en gasto público a 31 de diciembre de 2018.
Para la diputada de Podemos Fabiola Meco (que ayer se despidió de las Corts con su última intervención) tanto la pervivencia del FLA como la falta de una reforma del modelo de financiación demuestran que en el bipartidismo nunca ha habido voluntad de adelantar en esta cuestión. Según Meco ni PP ni PSOE han cumplido por lo que los valencianos sufren un chantaje económico «con la esclavitud del FLA, un mecanismo envenado», dijo. «El Consell debería rebelarse porque la beligerancia de los socialistas fue mayor contra Montoro», añadió.
El PP llama a Soler gatito sumiso
El popular Rubén Ibáñez recriminó al conseller su tono mitinero y habló de sumisión. «Es un gatito sumiso», enfatizó. Para Cs ni PP ni PSOE han sido capaces de abordar la reforma de la financiación y han hipotecado a los valencianos.
