Es posible que miles de valencianos decidan hoy mismo a quién van a confiar su voto para las Corts, el Congreso y el Senado. Las encuestas han dado mayoritariamente un mismo mensaje: el Botànic está muy cerca de reeditarse. Sin embargo, dentro de esa amplia bolsa de indecisos o de personas que no manifiestan sus intenciones, que en el caso de las autonómicas puede situarse en torno al 35 %, se abren algunas alternativas.
«En ese porcentaje de indecisión es muy posible que haya voto oculto que se dirija hacia Vox y hacia partidos minoritarios de la izquierda, como Verdes (no coaligados) o Pacma. En ambos casos, los electores no conocen su comportamiento desde el Gobierno o plano institucional y eso lleva a menor información para la decisión y, por tanto, mayor idealización de su gestión posterior», explica Aída Vizcaíno Estevan, profesora de Ciencia Política de la Universitat de València (UV).
Para Adolfo López, director de la consultora Invest Group, la cifra de personas de la que no se conocería su voto se sitúa entre el 3 % y el 5 %: «Parece que no es una cifra muy alta, pero puede ser decisiva en los llamados vuelcos electorales».
Ciudadanos, en el eje de la duda
En cuanto a las dudas sobre el partido al que se votará, existe un grado de indecisión similar entre votantes de izquierda y derecha respecto a quién apoyar dentro de cada uno de los bloques, un porcentaje que se situaría entre el 4 % y el 5 % en cada grupo.
«Estos comportamientos cambian en función del número de alternativas en cada bloque y la fidelización que tienen los partidos entre sus votantes. Posiblemente en las elecciones generales el mayor número de alternativas en la derecha genere más indecisión entre los votantes de este bloque. Por otra parte, se habla mucho de la transferencia de votos a otros partidos, pero puede ser más importante el paso a la abstención desde un determinado partido», añade López.
La incógnita, según apuntan los sondeos demoscópicos, «será parte del electorado de Ciudadanos, de corte más moderado, que pudiera cambiar la dirección hacia el PSOE por una estrategia de voto útil como freno a la derecha radical», concluye Aída Vizcaíno.
