«No hay negociaciones en estos momentos». Lo dijo Ximo Puig así de claro después de reunirse por primera vez en las Corts con el nuevo grupo socialista, que vuelve a ser hegemónico más de 25 años después.
La campaña de las elecciones del 26 de mayo ha empezado y los líderes valencianos han puesto en marcha sus caravanas, que el PSPV detuvo ayer temporalmente por la muerte de uno de los referentes del socialismo español, Alfredo Pérez Rubalcaba.
«Objetivamente es complicado avanzar porque estamos en campaña y no es el entorno más favorable», explicó el jefe del Consell.
Negociación como tal no hay, pero algún contacto existe. Fundamentalmente porque la primera meta, la de la constitución de la Mesa de las Corts, está cerca (el día 16) y no hay acuerdo a la vista.
Al contrario, las posiciones parecen más distanciadas en las últimas horas. Los socialistas deslizan que ya han planteado su propuesta (la presidencia de la segunda institución de la C. Valenciana para Compromís y la secretaría primera para Unidas Podemos) y que no pueden hacer más que estar a la espera de que los aliados se definan.
«Hemos dicho con claridad que le corresponde a Compromís, quien ha ostentado la presidencia hasta ahora, y nosotros defenderemos la propuesta que hagan», afirmó Puig.
Los valencianistas replican que no existe propuesta, porque no ha habido foro para ello. No lo habrá hasta el día 14, como pronto, cuando está convocado el primer encuentro entre Puig, Mónica Oltra y el candidato de Unidas Podemos, Rubén Martínez Dalmau.
El panorama se enfanga además con las diferencias internas en la coalición sobre el perfil para presidir la Cámara. Oficialmente, el discurso de Compromís es que la Mesa debe incluirse en la negociación global del acuerdo de gobierno, en el que también entrarán en juego grandes ciudades y las diputaciones. En privado, algunas voces admiten que la oferta de Enric Morera, el único que se ha ofrecido para continuar al frente de la Cámara, levanta resistencias en Iniciativa y algún sector del Bloc. En este contexto, se ha abierto la puerta a la solución, de compromiso, de ceder la presidencia a Podemos, como publicó ayer este diario. Estaría por ver si es una opción provisional o definitiva. Sería una manera de reducir el peso de la formación morada en el ejecutivo.
Puig, ayer, rechazó «con total claridad» una Mesa que sea provisional como en 2015 (Francesc Colomer fue el breve presidente), «por respeto institucional». No obstante, «tampoco sería un drama».
Los socios se preparan así para llegar al 16 sin acuerdo sobre la Mesa de las Corts. En esa tesitura, el PSPV tendría que designar un presidente entre sus diputados, con muchas posibilidades de que dure unos días, hasta la firma de un nuevo Botànic.
El PSPV establecerá a principios de la semana próxima el organigrama del grupo socialista en las Corts. Tiene que poner nombres a la comisión negociadora del acuerdo de gobierno y aclarar los cargos del grupo, entre ellos el síndic.
