El anuncio un día antes de que el grupo parlamentario de Compromís se posicionara sobre la continuidad de Enric Morera al frente de la presidencia de las Corts ha causado malestar interno. La propuesta para la reelección de Morera al frente de la Cámara la hizo pública el martes el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, tras reunirse con la vicepresidenta y lideresa de Compromís, Mónica Oltra, y el representante de Podemos, Rubén Martínez Dalmau.
Pero era una propuesta sobre la que el grupo parlamentario aún no había fijado posición, lo que ha molestado especialmente al síndic, Fran Ferri, reelegido ayer por sus compañeros para repetir en el cargo. «Nunca sienta bien que se anuncien decisiones que no se han aprobado», admitió Ferri que incluso llegó a decir que su cargo de síndic en las Corts era «de momento».
No han gustado las formas
Lo que ha sentado mal son las formas, porque la impresión es que se ha ninguneado al grupo y que Oltra ha cerrado la crisis anunciando por boca de Puig el nombramiento de Morera.
Pero una parte del grupo (donde conviven diez diputados del Bloc, cuatro de Iniciativa, dos de Los Verdes y una de Gent de Compromís) hace días que había puesto en duda la continuidad de Morera en la presidencia e incluso había planteado en privado algún otro nombre como el de Rafael Climent como posible sustituto de Morera, que hoy será reelegido presidente. Ayer, con los hechos ya consumados, el grupo decidió por asentimiento la continuidad de Morera, aunque desde el entorno de Ferri se traslada que es la misma propuesta que él hizo llegar a Oltra el martes y que el grupo tenía previsto avalar. Lo contrario suponía complicar mucho la estabilidad interna.
Pero en el rifirrafe interno se vislumbra como trasfondo la batalla interna que se libra en el Bloc entre el sector más joven y la vieja guardia, personificada en Morera, por obtener un mayor poder interno. En ese frente se sitúan la coordinadora Àgueda Micó, el síndic Fran Ferri y el conseller de Educación, Vicent Marzà, a quien muchos en el Bloc (el principal partido de Compromís) ven con el suficiente carisma para convertirse en líder del futuro.
En ese duelo interno ha ganado esta vez el superviviente Morera, con el aval de Oltra, que ha preferido zanjar la crisis después de que los socialistas exigieran ya una presidencia definitiva tras cobrar fuerza el lunes la posibilidad de una nueva presidencia interina de las Corts como ocurrió tras las elecciones autonómicas de 2015.
