­Más allá de los argumentos, de la ideología, de la simpatía o del carisma de cada candidato, hay otros elementos que son decisivos en un cara a cara y que solo ve un ojo entrenado. No es simplemente lo que se dice o se calla, sino cómo se hace. Atendiendo al lenguaje no verbal de Toni Cantó, Ana Botella, Elena Bastidas y Joan Baldoví, este último sería el ganador del cara a cara a cuatro, según Sonia El Hakim, analista y formadora en comunicación no verbal científica.

La experta analizó para Levante-EMV la apariencia, la voz, los gestos y expresiones faciales de los cabeza de lista por Valencia al Congreso. En el primer caso, por ejemplo, Toni Cantó resultaría el perdedor. «La camisa era del mismo tono que el plató, no destacaba: debería haber llevado una opción B», resalta El Hakim. En este sentido, Botella se llevó el primer puesto, aunque repitió modelo respecto a su compañera de partido Margarita Robles, y eso «le quita frescura». Bastidas destacó con su blusa amarilla y Baldoví estuvo correcto con su camisa.

Sin embargo, el actor se alzó como claro vencedor en el campo de la voz, y hubiera ganado en el cómputo global si no hubiera sido porque en el minuto de oro miró demasiado sus notas. Fue Baldoví quien, sobre todo en los 60 segundos finales, supo comunicarse mejor con los electores, según El Hakim. «Utiliza gestos ilustradores. Durante el debate ha necesitado desviar en alguna ocasión la mirada para estructurar mejor su mensaje, eso quita sensación de seguridad, pero utiliza mucho la mano izquierda, que denota emoción, más cercanía entre lo que dice y lo que siente, más sinceridad», relata la experta. Bastidas «desperdició el minuto y resultó demasiado artificial».

Hubo un par de momentos que llamaron la atención de la analista. «Cuando Baldoví le ha preguntado a Cantó por la financiación, éste ha respondido un sí/no de Paul Ekman, es decir, verbalizar sí pero gesticular no con la cabeza». Por su parte, Botella, quien saca también muy buena nota en cuanto a voz, cruzó los brazos cuando Bastidas acusó a los socialistas de querer una segunda vuelta, comunicando que no le gustaba la acusación.

«Botella ha rotado varias veces el boli al inicio, eso denota nervios. Después ha colocado las manos en V o en unión, transmitiendo voluntad de apaciguar y cohesionar», explica la experta.

«Hay dos estilos de comunicación: el conquistador y el sintónico. En el primer grupo se encuentran Baldoví y Bastidas. Ella se ha defendido muy bien. En algún momento se ha rascado los índices, señal de que veía minada su autoridad. Baldoví es más expansivo. En el segundo grupo están Cantó y Botella. Buscan el equilibrio y huyen del enfrentamiento: Bajar el mentón es un signo de ello, quieren empatizar», apunta El Hakim.