Las grandes empresas valencianas no quieren un gobierno con Pablo Iglesias en el timón de mando. Quedan días para las nuevas elecciones generales, las encuestas indican de manera general un crecimiento de Podemos tras su pacto con Izquierda Unida y el lobby de las principales compañías valencianas, que hasta ahora no se había pronunciado, ayer sí entró en campaña. No dijo a quién preferiría en la Moncloa, pero sí desveló a quién no le gustaría ver de presidente. Su opinión no es una sorpresa, pero tiene valor por lo que representa la Asociación Valenciana de Empresarios (AVE), la que agrupa a más de un centenar de firmas, entre ellas las más potentes. Vicente Boluda, Juan Roig, Francisco Pons o Adolfo Utor son algunos miembros destacados de la entidad.

Fue a propósito de un almuerzo de trabajo con el valenciano Jordi Sevilla, uno de los «ministros en la sombra» de Pedro Sánchez que ya lo fue con Rodríguez Zapatero.

Rafael Benavent, miembro de la junta directiva de AVE, reconoció que España está saliendo de la crisis, aunque quitó méritos a los políticos, ya que cree que está siendo «por cierta inercia».

Eso sí, añadió que esta salida de la crisis «puede estar condicionada por las decisiones del nuevo Ejecutivo». A su juicio, hace falta «un Gobierno fuerte que no nos conduzca a situaciones venezolanas o griegas».

La referencia implícita era a Podemos, por sus relaciones históricas con el chavismo y porque en Grecia gobierna un partido hermano, Syriza (Coalición de la Izquierda Radical), con Alexis Tsipras al de presidente.

El empresario castellonense y miembro de la directiva de AVE subrayó que España está viviendo «un momento especialmente angustioso» por la repetición de elecciones y lamentó los efectos de «la incertidumbre, el no saber qué va a ocurrir» sobre las empresas. «Es una enfermedad mortal para la economía», dijo.

El lobby empresarial valenciano mantiene hasta la fecha una más que correcta relación con el Gobierno valenciano, en el que están PSPV y Compromís, pero no Podemos, que lo respaldó con la firma del Pacto del Botànic.

No ha habido proximidad solo con Ximo Puig, sino también con la vicepresidenta, Mónica Oltra, una de las caras de reclamo de la coalición estatal Unidos Podemos, que integra a Compromís. Los de AVE se reunieron con ella en marzo y salieron satisfechos de su radical defensa de los asuntos valencianos ante Madrid.

Ayer, no obstante, era el día de Sevilla. Este reivindicó la centralidad del PSOE, una «tercera vía» entre el inmovilismo de Mariano Rajoy „la política de «no hacer nada», dijo„ y el «aventurerismo», la opción Podemos.

Esa posición moderada que reclama para los socialistas es la que «conecta con lo mejor de nuestra historia y nuestro pasado». «No se puede seguir con más de lo mismo ni dar un salto al abismo», reiteró.

El exministro y actual coordinador económico del PSOE coincidió con los empresarios de AVE en que España está saliendo de la crisis, pero «a dos velocidades» y generando desigualdad.