Unas 4.000 personas se han manifestado esta tarde por el centro de Barcelona a favor de la "desobediencia" en una marcha de diferentes colectivos en solidaridad con los 20 encausados por el asedio del Parlament de 2011 y que en su tramo final ha registrado algunos actos violentos.

La manifestación, cuyo recorrido no ha sido notificado a las autoridades como protesta contra la futura ley de seguridad ciudadana, la ha encabezado una amplia pancarta con el eslogan "Desobediencia 2014. Ellos no mandan si nosotros desobedecemos. Paremos las leyes de Gallardón".

En el tramo final de la manifestación, en dirección al Parlament, algunos manifestantes han reventado los vidrios de varias entidades bancarias, una de ellas en la calle de Princesa, han hecho pintadas en diversos establecimientos y han quemado algunos contenedores.

Los Mossos han tenido que actuar para dispersar a los manifestantes a la altura de Via Laietana con un amplio dispositivo policial. Según la Guardia Urbana, los asistentes a la protesta han ascendido hasta los 4.000 manifestantes.

A la espera de que se retiren algunos pequeños grupos de manifestantes, los Mossos han explicado a Efe que en estos momentos no hay ni detenidos ni heridos, y que el humo que se ha apreciado en algunas calles obedecen a la quema de varios contenedores y en ningún caso al lanzamiento de botes de humo ni gases lacrimógenos.

No obstante, algunas entidades en la manifestantes, como Procés Constituent, hablan de que al menos ha habido una detención en la manifestación.

Entre los manifestantes, seguidos en todo momento por un importante número de furgones de los Mossos, se han visto pancartas con otros lemas, como "Yo también estaba en el Parlament", un eslogan con el que algunos manifestantes han hecho pintadas en sucursales bancarias y comercios.

El 15 de junio de 2011 cientos de personas rodearon el Parlamento de Cataluña para impedir la aprobación del primer gran paquete de recortes en sanidad, educación y derechos sociales del gobierno de Artur Mas, un asedio en el que hubo agresiones a diputados, cargas policiales y el presidente catalán, Artur Mas, tuvo que llegar al Parlament en helicóptero.