Valencia en Comú ha recaudado, en apenas quince días, unos 6.000 euros para sufragar la campaña electoral. Lo ha hecho «carrito» de la compra en mano, y a través de bonos populares. Literalmente. Susi Capella, en el comité de financiación, se dedica a buscar fondos cuando acaba su jornada laboral como empleada de banca. Convencida de que el cambio político es posible en la ciudad de Valencia, «vende» los bonos con los que la formación espera ingresar unos 18.000 euros. «Tienen un bonito diseño, por lo que son ideales como recuerdo enmarcable», dice. En el futuro, los que hayan contribuido a la a metamorfosis municipal podrán exhibirlos orgullosos, sostienen desde VLC. Existen dos modalidades. El donativo „ los hay de 20 y 50 euros„, y los reembolsables „ sólo 50 euros„. Estos últimos con el compromiso de devolverlos si se consigue un mínimo de dos ediles.
Capella relata que pese a la precariedad que detectan en muchas zonas, la gente está sorprendiendo con una generosidad encomiable. Sin ir más lejos, la semana pasada se trasladaron hasta la asociación Aturats Orriols Torrefiel, en la calle Pedro Cabanes. «Vino un señor todo emocionado contándonos que eran un matrimonio con dos hijos, que estaban todos en el paro pero que se habían propuesto el objetivo de ahorrar cada uno cinco euros al mes para comprar un bono de veinte euros», recuerda. «No esperábamos vender nada porque somos conscientes de que se trata de gente muy modesta y que está pasándolo mal», apunta.
«Es impresionante cómo está respondiendo quien menos te lo esperas», asevera Capella que junto a compañeros como Iñaki Pérez se encarga de recoger los fondos. Lunes, martes y miércoles lo hacen en la sede „ en la calle Pobla del Duc, 10„. Jueves, viernes, sábado y domingo, de forma itinerante por la ciudad. Otra forma de contribuir es a través del merchandising, con la compra de abanicos, paraguas, camisetas o chapas. «La rentabilidad es baja pero la candidatura gana en visualización», reconoce quien admite que están a años luz de otros partidos. «Vamos en una bici con remolque, pero lo que más llena es ver que la gente está superentregada», señala.
