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Los puestos finales de las papeletas

Los últimos de las candidaturas

Los candidatos situados en las posiciones postreras de cada partido destacan la importancia de su aportación en las elecciones autonómicas

Los últimos de las candidaturas

El foco de los comicios no está sobre ellos, pero es su contribución desde el segundo plano, entre bambalinas, la que ayuda a avanzar la maquinaria electoral. Los candidatos que cierran las listas autonómicas saben que no saldrán elegidos pero se implican, como el que más, en la batalla por los votos. No se ajustan a ningún perfil concreto. Desde experimentados políticos que realizan un último acto de servicio en una posición testimonial, a jóvenes emergentes con futura carrera, o ciudadanos de otros ámbitos profesionales que se implican en el efervescente momento político actual.

Partido Popular

Morgan y la regeneración juvenil municipalista

Buen aficionado al rugby por su herencia familiar irlandesa, el abogado José Morgan integra la lista de suplentes del Partido Popular a las Corts. Su vocación política ya la había mostrado en plataformas juveniles como «Joventut i Política», en 2009 junto al politólogo Simón Alegre y en la que se reflexionaba sobre por qué los jóvenes no participaban en política. En 2011 creó el «Fórum Persones i Societat», que trataba la evolución de la política valenciana. Involucrado en el municipalismo, en 2011 el Partido Popular le pidió que se presentase por Sempere, un municipio de medio centenar de habitantes de la Vall d'Albaida. «Contra todo pronóstico sacamos». Ahora vuelve a presentarse con el objetivo de ganar.

En la lista autonómica acompaña a otros tres candidatos de la comarca y la implicación en la campaña abarca todo tipo de actos: «Nos involucramos más en los actos a nivel comarcal, pero también tenemos una participación masiva en los mítines centrales», relata Morgan a Levante-EMV mientras regresa del último acto de Mariano Rajoy en Valencia y prepara su agenda para acudir, esa misma tarde, a otros tres actos en la Vall d´Albaida.

Morgan anticipa «un escenario diferente al de hace 4 años, en el que el PP tenía una gran superioridad» con un «interesante panorama» en cuanto al «dibujo de los escaños». «Hay dos opciones. Un gran pacto de la izquierda para desalojar como sea al PP, con uno, dos, tres o cuatro partidos, según los que salgan. O bien la opción de centroderecha, más moderada, en la que el PP sigue siendo la fuerza mayoritaria».

No obstante, Morgan está confiado en que a pesar del desgaste por la crisis y los casos de corrupción «los dos partidos tradicionales siguen siendo los más representativos». Además, cree que el PP saldrá reforzado al haber entendido un mensaje «que va hacia la regeneración. El PP a nivel municipal tiene una fuerte renovación con muchos candidatos menores de 30 años». Respecto a la aparición de nuevas fuerzas que rehuían del concepto clásico de partido, Morgan indica que «no querían considerarse partidos políticos, al inicio huían de esa etiqueta pero han acabado conformando estructuras, agrupaciones locales como los partidos tradicionales».

PSPV-PSOE

Ángel, el político maratoniano y erudito de El Quijote

Erudito de El Quijote, José María Ángel tiene alma de maratoniano. En el sentido literal como atleta popular y en su connotación política, como alcalde de l'Eliana desde 1997. No se ha presentado a la reelección pero el partido le pidió que se uniera a una última batalla: «Me pidió Ximo Puig que me presentase y para mí es un placer, un honor y una enorme satisfacción».

Ángel concurre en el último lugar de las listas de l´Eliana y en las Corts: «Tiene su carga de simbolismo», reconoce. Pero tampoco tanto: «Desde pequeño en mi partido me enseñaron que no hay unos números más importantes que otros, que todos formamos parte de un proyecto colectivo. La lista solo es un trozo de papel».

La tarea no se basa, pues, en una presencia testimonial en la foto de grupo: «Me mandan, y bien a gusto que voy, a participar en los bolos de la comarca del Camp de Túria y en la provincias. Me llama mi agente, un chico del partido, y yo me voy a donde haga falta con el kit del mitinero a contar el latrocinio al que nos ha llevado el PP», bromea Ángel, que reitera la importancia de los próximos comicios: «Hay que oxigenar con gente honorable todo el hedor que ha separado a los partidos de los votantes. Quiero contribuir a cambio de nada al rearme moral de esta sociedad». El objetivo pasa por arrancar de raíz el mal sistemático de la corrupción: «Han ido al asalto del tren. ¿Qué tipo de modalidad criminal no ha existido con esta gente? Han robado con ingeniería financiera, de las ONG, del cepillo de las monjas, han destrozado nuestras instituciones financieras, cuentan el dinero dentro de los coches. No podemos decir que no nos advirtieron».

Ante el auge de nuevos partidos, llegados «por el descreimiento de la sociedad ante todo lo que ha pasado», Ángel recuerda el legado socialista en la Generalitat: «Con Lerma tuvimos cuentas saneadas y vocación de servicio público tanto en Sanidad, como en Educación (Llei d'Ús)».

Compromís

Planes, el empresario que agita el mecenazgo cultural

La imagen de su negocio familiar, Pollos Planes, se ha hecho muy familiar para los valencianos y se ha convertido en un modelo de éxito que ha llevado a abrir 140 tiendas y varios restaurantes que facturan 43 millones al año y dan trabajo a 500 personas. Desde ese ámbito saltó al mecenazgo de más de un centenar de creadores y artistas, como Pep el Botifarra: «Tomar conciencia del expolio a nuestra propia cultura, me ha llevado a ser activista y mecenas. También promuevo proyectos solidarios». Futbolista de joven, practica la pilota valenciana y sus inquietudes le han llevado a pasar a la arena política con Compromís. Primero a nivel local y, de ahí y mediante primarias, a la escena autonómica.

Planes se define como «paciente, tolerante y benévolo», pero sin dejar de ser «fuerte y determinante». El interés por la política le viene «del ejemplo de mi padre, de mamar en casa su espíritu de servicio desinteresado en mayúsculas a la sociedad, cuando fue concejal en mi pueblo en la época de la transición». Planes también apunta a otro factor, de tipo más espiritual, en su compromiso social: «También pienso que mi educación cristiana habrá influido para rebelarme contra tanto corrupto e hipócrita que hay en nuestra tierra en los últimos tiempos».

¿Cómo se contribuye desde un teórico segundo plano? «Participo de la misma manera que la gente que no va en las listas. Todos y todas somos igual de importantes y ayudamos en lo que haga falta». Así, se ayuda en todo tipo de actividades, «desde contribuir en la elaboración del programa electoral hasta pegar carteles en campaña, además de asistir a diferentes actos de candidaturas locales, apoyándolas desde la candidatura autonómica».

Planes contempla como «muy positiva» la proliferación de nuevos partidos: «La gente, por fin, se ha movilizado al darse cuenta de que si no haces política, los poderosos harán política contra ti». En el reverso de la moneda, interpreta la irrupción de nuevas fuerzas «con tristeza». «Porque una vez más en la historia del pueblo valenciano, ninguno de estos partidos emergentes representa nuestros intereses, y más si sumamos que estos nuevos partidos, como parece, no sean más que marcas blancas perversamente aupadas por los poderosos de siempre».

Con todo, el panorama de posibles pactos le invita a ser «súper optimista». «Creo que por primera vez en décadas nuestra tierra por fin puede ser pionera en cultura democrática y ser un ejemplo a seguir para todo el resto del estado español. Ahí confío mucho en el talante de Mònica Oltra y su experiencia cooperativista en Compromís».

EUPV

Agulló, el último servicio de un histórico del nacionalismo

«Tengo 65 años, estoy jubilado, pero vuelvo a unas listas con entusiasmo, aunque sea desde una posición testimonial, para contribuir a la rendición del Partido Popular y decirle que entregue las armas y pida perdón». Con esa declaración de intenciones se presenta, presto para el combate, Guillem Agulló, que completa la lista autonómica de EUPV a petición de su amigo Agustí Cerdà, como parte de la cuota de Esquerra Republicana.

El compromiso ideológico de Agulló sigue tan firme como en los años de juventud, con un signo de inconformismo que supera a las siglas. «Desde que tengo uso de razón he estado vinculado a partidos de izquierda, aunque sin aferrarme a ninguna sigla».

Figura histórica del nacionalismo valenciano, la amistad con un empresario comunista que trajo a gente del exilio le llevó a ser uno de los fundadores de Comisiones Obreras en Valencia. Incluso guarda todavía el carné del Partido Comunista de Santiago Carrillo, firmado por Dolores Ibarruri.

En medio de una dilatada trayectoria que lo llevó por el PSUC, a estar entre los promotores de la Unitat del Poble Valencià, y a Esquerra Valenciana, Agulló recuerda que «entre col y col», y muy a su pesar, Agulló pasó de ser «el político Guillem Agulló» a ser conocido como «el padre de Guillem Agulló», el joven activista antifascista asesinado por neonazis en 1993. Un caso que marcó profundamente a toda una generación.

De vuelta al presente, el veterano activista ve una arquitectura de pactos en la izquierda: «Es necesario un espíritu, sobre la base de los programas, que lleve a un pacto de izquierdas que desaloje al PP». Si bien todavía conserva «el vicio» de ver «maniobras que interfieren en los procesos de cambio», Agulló cree que el cambio es imparable: «Es cierto que esta democracia es joven, pero ya tiene memoria». Respecto a las fuerzas nuevas, manifiesta que «Ciudadanos sustituirá al PP con una imagen moderna y regeneradora sin que nada cambie», mientras que Podemos «ha recogido el malestar de las políticas austericidas del PP». Una circunstancia que conduce, erróneamente según su juicio, «a pensar que el resto de marcas son casta». «Los partidos de izquierda se han dado cuenta del mensaje, de la necesidad de renovar caras y avanzar en posiciones sociales en las que la ciudadanía ha tomado la palabra».

Ciudadanos

Murgui, el alcalde retirado que vuelve a plantear batalla

José Salvador Murgui llevaba retirado de la política desde el año 2007, tras completar once años como alcalde de Casinos con el Partido Popular. Voluntariamente no se presentó a la reelección. Se centró en la empresa privada y en su labor como investigador, escritor, articulista y cronista oficial de la localidad del Camp de Túria.

Afirma que «nunca» ha caído «en el yoismo» y que con tres legislaturas «había servido a Casinos» con «ilusión y de forma altruista». Pero todo cambió en 2013. Fue prejubilado y recibe la llamada de varios partidos, decantándose por Ciudadanos para volver a presentarse por Casinos e integrar la lista autonómica en las últimas posiciones: «Ciudadanos es una fuerza renovadora y emergente, implicada en reconstruir un sistema deshecho. Si me presento de alcalde en Casinos, no iba a acaparar cargos. Quiero trabajar por el pueblo, del que estoy enamorado» por lo que exigió cerrar el elenco que se postule para las Corts.

En todo caso, cree que se está ante una nueva forma de hacer política en la que se entiende que «ya no somos eternos porque esto no es nuestro». La probable ausencia de mayorías conducirá aun escenario en el que el denominador común «para que esto funcione» debe ser «el diálogo». En mi primera legislatura goberné con dos concejales socialistas. Estar en la obligación de consensuarlo todo fue muy bonito», y sirve para que se superen «conceptos viejos».

Por último, Murgui descarta que Ciudadanos sea una «marca blanca» del PP: «No creo en esa etiqueta, sí en la transparencia, en avanzar en listas abiertas, separación de poderes, la posibilidad de una segunda vuelta, por trabajar por el cambio honrado que pide la gente. Hay que acabar con la corrupción que ha destrozado el sistema».

Podemos

Gorría, el nexo de unión entre el diseño y la acción política

Tomás Gorría es diseñador editorial desde finales de los ochenta al que le gusta «jugar con las letras y las palabras» y perderse con los suyos «en el zoco de Marrakech, en una playa de Menorca y pasear en bici por la huerta de Valencia». El extrabajador de Levante-EMV es una de las caras de Podemos en Valencia „secretario general de Rocafort y miembro del Consejo Ciudadano autonómico„ pero el compromiso político le viene de décadas: «Mi primer trabajo como diseñador gráfico fue el eslogan de la campaña contra la OTAN», recuerda. Siempre ha intentado combinar su profesión e inquietudes como editor de proyectos editoriales alternativos. «Creo que diseño y política tienen elementos comunes. En ambos ámbitos el proyecto es lo que define la esencia de la actividad».

Desde esa base, Gorría echa una mano «donde haga falta» en la campaña podemita y es «uno de los responsables de coordinar los aspectos que tienen que ver con su imagen gráfica». Una labor desinteresada para una formación con recursos económicos limitados: «No tenemos muchos medios, y hay que suplirlos con voluntad e imaginación. Este es un partido en el que desde el número 1 hasta el último de la lista está involucrado en la campaña; Podemos no tiene medios para contratar a empresas externas para realizar las piezas electorales, es una labor muy voluntariosa y casi artesanal. Esta es una campaña que no se puede hacer sin un alto grado de colaboración popular».

No es ese el único frente. Por otro lado, Gorría sabe que la otra batalla pasa por «trasladar una imagen coherente con tanto ruido mediático». A su juicio, los demás partidos «tienen un engranaje bien engrasado y nosotros estamos comenzando. Hay intereses que exceden del ámbito político que estarán trabajando para dar una imagen poco atractiva de Podemos, por lo que supone de amenaza para sus privilegios».

Gorría está convencido de que las reglas y hasta las cartas del juego han cambiado: «Estamos ante un escenario nuevo en el que el protagonismo ya no lo tienen los partidos del 78 sino la ciudadanía, que puede elegir entre las políticas que favorecen a una minoría privilegiada y la propuesta de Podemos, que responde a las necesidades de la mayoría. Creo que en Podemos se está por el diálogo con otras fuerzas políticas, pero siempre contando con la ciudadanía y con una línea roja: el beneficio de la mayoría».

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