­Enmedio de la debacle de las elecciones autonómicas, los populares conservarán la Diputación de Castelló al lograr 14 representantes provincial y, con ello, la mayoría absoluta justa. De este modo, el actual presidente, Javier Moliner, podrá continuar al frente de la corporación provincial y se convertirá en uno de los referentes de poder internos de los populares. Por detrás del PP, se coloca el PSPV, que recabó 8 diputados provinciales, seguido de Compromís, con 2; Ciudadanos, con otros 2; y Castelló en Moviment, que era la agrupación de electores de Castellón ciudad que respaldaba Podemos, que logró un representante.

Los populares confiaban anoche, como mal menor, en mantener alguna de las diputaciones provinciales. En particular, la de Castelló, como así ha sido. Y ello porque en esa provincia es donde más voto municipal cosechó el PPCV de las tres provincias. En concreto, los populares alcanzaron el 32,7 %. Es un batacazo histórico, toda vez que supone una caída de 15 puntos respecto a los resultados de 2011. Sin embargo, el particular sistema de elección de los diputados provinciales „los escaños se obtienen a partir de aplicar la ley de d`Hondt por partidos judiciales a los sufragios locales conseguidos por cada formación„ beneficia a la lista más votada. Por ejemplo, allí donde está en juego una sola acta, se la lleva la formación más votada, y donde hay dos, se las reparten PP y PSPV.

Por ello, el 32,7 %, con ser un mazazo, ha sido determinante frente al 28,3 % recabado por los socialistas, que en los comicios de 2011 lograron el 29,9 %. El PSPV se situó muy por delante de Compromís, con el 12,3 %, que casi triplica los resultados de hace cuatro años (4,6 %). Ciudadanos logró ayer el 8,3 % del voto local. Esquerra Unida se quedó en el 4,2 %. Los populares han contado también con una ventaja: La decisión de Podemos de no concurrir con sus siglas en las locales hizo de una bolsa importante de voto municipal de la izquierda dejara de computar a efectos de la pelea por la diputación.

Las elecciones han puesto a prueba los esfuerzos del PPCV por acabar con el fabrismo y la imagen de corrupción ante los ciudadanos a raíz de los escándalos que han rodeado la figura del expresidente provincial y de la Diputación de Castelló, Carlos Fabra. Éste, afectado por varios procesos judiciales, dejó la diputación en junio de 2011 en favor de Javier Moliner pero siguió presente en la vida pública al continuar como titular de Aeropuerto de Castelló (empresa de la Generalitat) y, luego, en la Cámara de Comercio castellonense. Juzgado por delitos fiscales, fue condenado en noviembre de 2013 a cuatro años de cárcel por fraude fiscal. Actualmente sigue en prisión. A lo largo de la legislatura, Moliner, uno de los principales apoyos del presidente Alberto Fabra, se empleó para enterrar el lastre de Carlos Fabra. En los comicios de 2011, el PP, literalmente, arrasó, al incrementar en dos diputados provinciales su mayoría absoluta, hasta sumar un total de 18.