Tenía la convicción de que el momento del cambio en la ciudad había llegado y quería liderarlo. Antes de las elecciones autonómicas y municipales del pasado domingo decía con convicción que se veía como alcalde de Valencia y que pensaba «hacerlo mejor de lo que lo han hecho hasta ahora». Ayer, cuando Compromís arrasó en nueve de los diecinueve distritos y se proclamó como la segunda fuerza más votada de la ciudad el nombre de Joan Ribó cobró fuerza como futuro alcalde de la ciudad. Todo apunta a que así será.

Ayer, entre felicitación y felicitación, entre llamadas, saludos y entrevistas sacó tiempo para atender a Levante-EMV y explicar que, aunque muchas cosas cambiarán en la ciudad cuando reciba la vara de mando, él llevó un día de los más rutinario. Y eso que era el político de moda.

Dos días a la semana la hija de Joan le lleva a su casa a su nieta, Vega, para que le de el desayuno y la acompañe a la «escoleta» infantil. Ribó es, ante todo abuelo y cumple su función con rigor e ilusión. La pequeña le alegra las mañanas de los lunes y los viernes. Y se nota. Por ello, el primer día después del gran triunfo electoral, Ribó siguió con su rutina cotidiana, y a pesar de acostarse a las 2 de la madrugada „«soy una persona que se acuesta pronto y a las 23.30 horas ya estoy durmiendo. Para mí la noche electoral fue un exceso aunque muy emocionante», apunta„ se levantó a las 7,30 horas para recibir a la pequeña Vega a las 8 en punto. «Mi hija trabaja, y en función de sus horarios, le intento echar una mano llevando a mi nieta al cole, que lo tengo al lado de casa. Es la misma escoleta la que fue mi hijo, hace 20 años, de esas que estaba en el Patronato de Escuelas Infantiles, antes de que las destrozara Rita Barberá. Es una de las pocas que se mantiene como cooperativa y es una maravilla. Disfruto mucho de mi nieta y de ese momento de llevarla al colegio, caminando y cogida de la mano», explica.

Una vez cumplida su labor familiar, empieza su jornada de trabajo en el ayuntamiento al que acude o en bicicleta o en transporte público. Ayer, lo hizo en autobús. «Una vez a la semana me desplazo en autobús porque me gusta hacer un seguimiento del transporte público como usuario. Las cosas hay que conocerlas bien desde dentro», asegura.

Joan Ribó explica su rutina matinal mientras camina por la plaza del ayuntamiento, camino a una de las múltiples entrevistas que concedió ayer a los medios de comunicación. Le paran a cada paso. Es el hombre de moda y le llueven las felicitaciones. La gente le reconoce mientras camina por la calle y no duda en acercarse al líder de Compromís para darle las gracias, felicitarle, mostrarle su cariño y preguntarle, directamente, por el futuro de la ciudad. «La gente está contenta de que haya un cambio en la ciudad, y me pregunta qué vamos a hacer, cómo lo vamos a hacer o si vamos a llegar a un acuerdo rápido. Yo les digo que sí, que no hay ninguna pega. La gente de la calle, del barrio... La gente tenía muchas necesidades de cambio y el hecho de que le podamos concretar y dar seguridad es importante», recalca. Mientras camina, los vecinos le saludan, le paran, le felicitan y el preguntan, exactamente, lo que acaba de explicar con naturalidad.

Centenares de mensajes

De lo único que no tuvo tiempo ayer Joan Ribó fue de contestar los centenares de mensajes que le llegaron a su teléfono móvil. No daba abasto. Desde que comenzaron a saberse los primeros resultados, su móvil se saturó. «Tengo que buscar un momento para ponerme al día... ¡pero no lo encuentro! », explica entre risas. Las llamadas son otras cosa. Sobre todo si son de los líderes políticos con los que tiene previsto formar un pacto de gobierno. «He hablado ya tanto con Joan Calabuig (PSPV) como con Jordi Peris (València en comú). Los llamé en la noche del domingo y es una cosa que creo que es muy fácil y que vamos a trabajar. Vamos a dejar un par de días para que todas las organizaciones nos paremos a pensar y en un par de días empezaremos a trabajar. Mi objetivo es sacar un acuerdo de gobierno, un acuerdo de gobierno rápido. Además, también he llamado a Fernando Giner (Ciudadanos) porque me interesa llegar al máximo acuerdo en temas de transparencia, de formas de gobernar, en el Cabanyal... Y cuantos más acuerdos consigamos, y lo más amplios posibles, yo creo que mucho mejor», apunta Ribó tras destacar que la única llamada que no ha recibido, aunque tampoco se la esperaba, ha sido la del PP.

Tras la vorágine de entrevistas, Ribó se fue a su casa a comer. Siempre espera a su compañera Carmen para disfrutar ese momentos juntos, y ayer no fue una excepción. Eso sí, Ribó aprovecha la tranquilidad de su hogar para revisar papeles y correos y regar las plantas de su terraza, algo que le gusta y relaja.

Ya por la tarde, la jornada finalizó con una reunión del Consell Polític de Compromís, aunque antes sacó tiempo para dos entrevistas más, al menos, con los medios de comunicación.