Y aunque lo es „ empezando por la primera gran lección (más que interesante noticia) de que alienta en España una ciudadanía fiable (o más fiable que hace cuatro u ocho años, por un mayor nivel de conciencia y participación)„, he detectado una ausencia que me permito compartir con los/as lectores/as en continuidad del artículo publicado el 15 de mayo Sobre el voto útil en Valencia.

Los partidos y fuerzas políticas concurrentes en Ahora Madrid y Barcelona en Comú y las calificadas mujeres que encabezaron sus exitosas candidaturas, Manuela Carmena y Ada Colau (a quienes prefiero mandonas a sumisas), se han referido, antes y después del 24M, a la unidad popular como el sustrato o referencia histórica (teórica o práctica) de las plataformas creadas para la participación electoral en coalición de partidos; pero el profesor Villacañas no hace alusión a ella y prefiere referirse a estrategias supuestamente ilustradas y pedagógicas como la gradación o a conceptos gaseosos como la brecha.

Esta ausencia o debilidad conceptual explica, a mi modo de ver, el que se pueda aludir a los excelentes o buenos resultados en las ciudades donde se lograron consolidar procesos de unidad popular (Madrid, Barcelona, Zaragoza, Cádiz, Oviedo o Coruña), pero se ignore los malos o regulares en los que, habiéndose intentado, no se consiguió como en el clamoroso caso de Valencia con Guanyem València - València en Comú.

Coherente con lo anterior, la segunda gran lección del 24M es que mientras en las ciudades en las que se avanzó en unidad popular, se consiguió un contundente gana-gana, o sea, un beneficio para todas las partes „ con el paradigma de Barcelona, pues en Madrid fue parcial por la incapacidad castellana de copiar a la metropolitana Barcelona„; en las que fracasó, como en Valencia, por la cerrazón y miopía del Podemos local liderado por Jaime Paulino y del oxidado aparato de EUPV, hubo un pierde-pierde, con la lamentable salida de EUPV y la magra victoria de València en Comú, pues los concejales electos, Jordi Peris, Maria Oliver y Berto Jaramillo son muy valiosos, pero son la mitad de los de Ciudadanos y podrían haber sido el doble en una coalición de partidos, por la que muchos/as abogamos desde la primera Asamblea de Guanyem València, un ya lejano 23 de septiembre de 2014.

En la Teoría de la Estupidez de Carlo Maria Cipolla, los inteligentes son los que se benefician a sí mismos beneficiando a los demás y los estúpidos son los que se perjudican perjudicando a los otros. Saludo calurosamente que en la ciudad de Valencia, en muchos pueblos y en el conjunto de la Comunitat Valenciana - País Valencià, los votos de la ciudadanía fiable, consciente y participativa, hayan marcado el principio del fin de la oprobiosa hegemonía de la derecha; señalo que el indiscutible triunfo del Compromis encabezado por Joan Ribó es tan merecido y justo como inmerecido e injusto es que de EUPV no haya quedado ni Amadeu Sanchis; y dejo la conclusión a los/as lectores sobre la inteligencia o estupidez de la izquierda local (incluyendo a Podemos y al PSPV-PSOE), a prueba en los próximos días, meses y años. Ja vorem