El 24M los socialistas salvaron su condición de fuerza más votada en la izquierda y resistieron el empuje de los partidos en auge, Compromís y Podemos. Pero ello no obsta para que la formación no constate el fuerte retroceso registrado. Una caída que es mayor en el voto a las elecciones autonómicas (-7,9 %) que a las locales (-3,9 %) de la provincia de Valencia, donde el PP se quedó a tiro de 53.730 sufragios, cuando en 2011 la distancia era de 262.350 papeletas. La explicación está en la labor de muchos alcaldes que, a pie de calle, han sabido ganarse la confianza de sus vecinos. Dos de las dos victorias más sonadas fueron las del alcalde de Ontinyent, Jorge Rodríguez, y la primera edil de Quart de Poblet, Carmen Martínez. Ambos son las bazas que se manejan en Blanquerías para presidir la Diputación de Valencia, la única de las tres que podría quedar en manos de la izquierda, y siempre que el puesto, como partido más votado del tripartito, lo ocupe el PSPV.
En el caso de Rodríguez, con el 62,7 % de los votos, casi dobló el resultado logrado en 2011 (el 32,6 %). Y en el de Martínez, se encaramó hasta el 42,6 % de los sufragios, tras cosechar en 2011 (en el momento más difícil para la marca PSOE) el 46,4 %. La alcaldesa, actualmente secretaria segunda de la Mesa de las Corts, es, según fuentes de Blanquerías, la primera opción del líder socialista, Ximo Puig, para asumir la diputación o, en caso de tener que cederla a Compromís, ser la cara del PSOE en la corporación provincial. La lealtad mostrada por Martínez y el propio Jorge Alarte en la sucesión hacia el liderazgo de Puig es una garantía para el actual secretario general. En Martínez ven además a una persona que no va a disputarle a Puig ningún liderazgo ni hacer de contrapeso.
Rodríguez es otro activo del municipalismo socialista y un apoyo de Puig en el partido. Con todo, no faltan los que ven en el edil de Ontinyent un potencial competidor de Puig por la dirección del partido en un futuro o temen que pueda construir en la diputación una aparato paralelo. Otros alcaldes, como Carlos Fernández Bielsa, que cosechó hasta el 58,8 % de las papeletas, tienen escasas opciones por haberse significado en contra de Puig en los procesos internos.
