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Tras el pinchazo electoral

Adsuara toma el mando en Valencia mientras Génova activa el congreso

El alcalde de Alfafar se reivindica y pide a Casado respaldo para proyectar su liderazgo en la provincia

Adsuara, en el centro, en una comparecencia ayer en la sede del PPCV en València.

El pinchazo electoral del PP en la provincia de Valencia, con un porcentaje de voto en las municipales muy por debajo del resto de provincias, ha abierto el debate sobre la necesidad de activar el congreso provincial pendiente y poner fin a su provisionalidad. La reflexión ha llegado a la dirección nacional que, según ha podido saber este diario, sopesa la posibilidad de desbloquear el proceso y reconstruir el partido y el liderazgo en este territorio. No es una prioridad, matizan otras fuentes, pero el asunto se verá con calma cuando pase el periodo de pactos postelectorales. Génova y el PPCV pactaron en tiempos de Mariano Rajoy suspender el congreso (sí se llevo a cabo en Alicante y Castelló) para poner paz en un territorio que había acabado en batalla campal entre dos bandos: el liderado por el entonces presidente del partido en la provincia, Vicente Betoret, y el afín a la aspirante al puesto, la jefa de la oposición en la diputación, Maria Carmen Contelles.

Tal fue el nivel de tensión y la imposibilidad de llegar a un acuerdo que la decisión fue liquidar la dirección y montar una gestora que arrancó en junio de 2017 con el sorayista Rubén Moreno al frente. Tras la victoria de Pablo Casado, Génova impuso una renovación y situó al frente al alcalde de Alfafar Juan Ramón Adsuara, uno de los primeros dirigentes locales que apoyó a Casado en sus primarias.

Adsuara estaba llamado a hacer de puente entre los críticos a Bonig y Génova dado su talante de consenso y la buena relación con ambas direcciones. Es más, hoy por hoy es el favorito de la dirección nacional para tomar las riendas del liderazgo de una provincia que quedó desorientada tras la caída de Alfonso Rus y el lastre de la corrupción. El propio Casado lo señaló en València al dar por hecho que sería el presidente de la Diputación de Valencia, si las cuentas salían. Cabe recordar que también Valencia ciudad, una plaza clave para todos los partidos, acabó en una gestora. No faltan las voces que opinan que la provisionalidad en ambas organizaciones ha condicionado un resultado electoral por debajo de las expectativas.

Como publicó este diario, existe división de opiniones en la cúpula regional sobre si conviene o no reabrir la batalla por el control orgánico del partido en la provincia, pero parece que Génova no está por la labor de esperar mucho para fortalecer la estructura y enviar a las comarcas y pueblos un mensaje de unidad. El momento es complicado ya que tanto Pablo Casado como Isabel Bonig han salido tocados por las elecciones generales y autonómicas, pero ninguno tiene intención de tirar la toalla.

La gestora, en la que hay afines a Bonig y a Casado, se reunió ayer para analizar los resultados, si bien la reflexión ya ha sido intensa durante la resaca electoral.

Juan Ramón Adsuara ha salido reforzado con una mayoría absoluta en su municipio y, según algunas fuentes, estaría dispuesto a dar el paso cuando llegue el momento. Por lo pronto, él mismo admitió ayer en declaraciones a los medios que su intención es dar una vuelta de tuerca en la gestora para que esta deje de ser «coordinadora de las elecciones» para dedicarse más a rearmar el partido.

A preguntas de los periodistas, Adsuara indicó que desconocía si habría o no congreso en breve, pero mientras tanto, advirtió, la gestora se fortalecería. Y el también. Un aviso a navegantes. Según ha sabido este diario, ha pedido a Génova respaldo y manos libres para trabajar en la provincia. Su principal aval es su mayoría absoluta.

En principio, Adsuara está llamado a ser el jefe del grupo popular en la diputación. Su continuidad como diputado provincial está fuera de duda, algo que no tiene garantizado la hasta ahora portavoz del grupo, Mari Carmen Contelles. En todo caso, sus malos resultados en la Pobla de Vallbona (ha ganado Compromís) le dificultan seguir siendo la referente. Contó en su día con el apoyo de Bonig para dar la batalla a Betoret, pero ahora, según las fuentes consultadas, ha renunciado a un segundo asalto. Está por ver si conservará el acta de diputada provincial. Con todo, es la responsable de organización en la ejecutiva, por lo que no quedará descolgada.

Aunque Bonig y Adsuara siempre han mantenido una buena relación, esta se ha enfriado durante la campaña. La gestora tiene cierta sensación de haber quedado fuera de las decisiones de estrategia. De hecho, en el partido hay voces que piensan que Bonig está trabajando en favor de que la exalcaldesa de Alzira y síndica adjunta en las Corts, Elena Bastidas, sea su apuesta cuando llegue el congreso. La guerra podría ser a tres ya que Betoret, con despacho en Génova y escaño en Madrid, no ha descartado ser el barón provincial.

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