Abres la lata y viertes su contenido, el caldo con el pollo, las verduras y los condimentos, en la sartén o paellera y cuando hierve, echas el arroz y calculas dieciocho minutos: el resultado es una paella valenciana al estilo tradicional y, según sus "cocineros", como recién salida del mejor restaurante.

Este nuevo producto, que aúna la cocina tradicional valenciana y la tecnología más innovadora, está a punto de salir al mercado con el nombre de "Paellas artesanas Amparín" e ideado por la empresa Devalencia Gourmet Food con la colaboración de Food Design, una empresa emergente o "spin off" de la Universidad Politécnica de Valencia (UPV).

Carlos Martínez estudió Historia del Arte y su socio, Rafael Baixauli, trabajaba en el sector del mueble pero su afán por dignificar un producto tan emblemático como la paella valenciana y facilitar su consumo les llevó a "la aventura de emprender", como comentan a EFE.

Martínez explica que el envase, que se venderá al público por menos de nueve euros, contiene la lata con el caldo y los ingredientes y un saco de arroz, y está prevista la versión de paella de pollo, de pollo y conejo y, en breve, también la de marisco y el arroz a banda.

"Está en el punto de añadir el arroz -ya lleva hasta la sal, el colorante y el pimentón-. Ahí cortamos el proceso y se enlata. El consumidor compra el 'pack' y cuando pone el caldo a hervir añade el arroz y tiene la paella lista en dieciocho minutos", relata el empresario.

Reconoce que les ha "costado mucho" dar con esta fórmula, asegura que "no se puede hacer nada más artesano y casero" y promete que incluso cuando abres la lata, "huele a paella".

En un par de semanas el producto se podrá comprar ya en la sección "gourmet" de grandes almacenes y los distribuidores ya están ofreciendo la paella en sus áreas de influencia en España y en destinos como Inglaterra, Venezuela, Italia y Arabia Saudí.

Dedicada a la alimentación tipo "gourmet" tradicional valenciana y elaborada artesanalmente, Devalencia Gourmet Food ha usado para la paella sólo productos de la tierra y de alta calidad, sin conservantes, espesantes ni potenciadores del sabor.

Para lograr la esterilización y envasado del caldo, la carne y la verdura en las condiciones más óptimas de textura y sabor, han contado con la ayuda de la empresa Food Desing.

Según el gestor de productos de esta "spin off" de la UPV, Javier Martínez Monzón, el objetivo final está claro: "No distinguir si la paella la ha hecho mi madre el domingo en casa o la he sacado de la lata. Y eso se ha conseguido".

El investigador explica a EFE que las industrias de alimentación para esterilizar los productos alimentarios usan normalmente equipos que trabajan a altas temperaturas y a presión, los llamados autoclaves, que impiden el posterior crecimiento microbiológico.

"Hemos buscado los parámetros que te garanticen la estabilidad microbiana del producto y dar un tratamiento que esterilice y preserve la calidad del producto para conseguir un producto de máxima calidad y que no se desvirtúe", añade.

Los clientes querían que la paella que exportan "represente fielmente" a la valenciana y que cuando el plato se reproduzca en Estados Unidos o el Reino Unido "no esté desvirtuado y digan: esto es la paella de los valencianos".

"El objetivo es que los clientes se coman una paella como la que hacemos los domingos en casa con los amigos", señala Martínez, quien destaca el "escrupuloso proceso" de selección de la carne, la verdura o el aceite.

Junto a la defensa de la tradición y la artesanía en la elaboración, los empresarios han apostado también por la innovación, ya que han cuidado al máximo el proceso industrial de esterilización y envasado para que los productos cocinados se mantengan estables y poder disfrutarlos como si se tratara de una paella recién cocinada.