La finca agrícola del Mas del Fondo recupera su esplendor, después de cerca de 25 años de abandono, y se convierte en un faro agroecológico para la Huerta de Valencia. Situada entre los términos municipales de Massarrojos (Valencia) i Montcada, es la finca de producción hortícola ecológica más extensa de la comarca, con 50 hectáreas.

El proyecto, iniciado en 2017 por Terra i Xufa, tiene una visión holística, ya que recupera la tradicional integración agropecuaria mediterránea, integrando el ganado más importante de raza guirra, raza autóctona valenciana y la producción de hortalizas ecológicas de temporada. Los animales aprovechan el rastrojo que queda tras la recolección, completando su alimentación con los pastos y otros frutos del secano del Mas, tales como algarrobas. Al mismo tiempo proveen de estiércol la explotación, cerrando el círculo de los nutrientes, que regresan de nuevo a los ricos suelos de la pequeña vega que atraviesa el barranco del Palmaret.

Terra i Xufa ha trasladado la mayor parte de su producción al Mas, fundamentada en hortalizas de temporada, entre las que destacan la col kale, el hinojo, la col china; pero también las tradicionales habas y patatas, o boniatos y calabazas en verano.

Al encontrarse dentro de los 19 municipios que conforman la denominación de origen «Chufa de Valencia», se ha incluido también este cultivo en la programación, con excelentes resultados, ya que las tierras se encontraban descansadas. El proyecto incluye la recuperación de otros cultivos tradicionales de la Huerta, como el cacahuete largo de tres o cuatro granos, comúnmente conocido como «cacaua», una leguminosa autóctona que se cultiva en la rotación de verano y que ayudará en la recuperación de la fertilidad de los suelos.

La finca del Mas del Fondo ha resistido los embates de la especulación urbanística, teniendo un importante valor patrimonial. Situada a los pies del Tos Pelat y de su asentamiento íbero, desde esta atalaya se contempla buena parte de la comarca, siendo uno de los primeros lugares donde en esta se desarrollaría la agricultura.

Fruto de este pasado agrícola, son los testimonios que han quedado como las norias para el riego o, sobretodo, su riurau de catorze ojos: el más grande de los que se conocen, catalogado como bien de relevancia local y que todos los años, en el primer fin de semana de octubre, acoge la tradición centenaria de la «escaldà de la pansa».