La próstata es uno de los principales dolores de cabeza para los hombres mayores de 50 años. Muchos de ellos notan que la frecuencia y la urgencia con que acuden a orinar es cada vez mayor. Este es uno de los principales síntomas de una dolencia, la hiperplasia prostática benigna, que exige un tratamiento adecuado. El Hospital de Manises se ha especializado en realizar intervenciones con láser verde, una técnica que permite la mejor recuperación para los problemas de próstata.

Los 50 años se convierten en una frontera para los hombres. Alrededor de la mitad de los varones españoles sufren un agrandamiento de próstata o hiperplasia benigna. El aumento del tamaño de la próstata provoca una opresión de la uretra que, además de generar incontinencia urinaria y que el flujo de la orina mengüe y sea cada vez más débil, puede llegar a perjudicar seriamente su calidad de vida. Estos problemas de próstata, aunque no son cancerosos, pueden derivar en diagnósticos de insuficiencia renal en casos de extrema gravedad.

Una de las técnicas menos invasivas

Para hacer frente a las dolencias de próstata, el Servicio de Urología del Hospital de Manises es pionero en la aplicación del láser verde, una de las técnicas más efectivas y menos invasivas en el tratamiento de la hiperplasia benigna de próstata. Además, esta intervención apenas produce dolor.

"El láser verde se compone de un haz de luz que elimina parte del tejido que se ha agrandado en la próstata. Se trata de un procedimiento endoscópico que se realiza a través del conducto de la orina, por lo que no necesita ninguna incisión ni suturas posteriores. El urólogo accede a la próstata, coloca el láser y aplica la energía que permite evaporar el tejido", explica el doctor Carlos Reig, jefe del Servicio de Urología del Hospital de Manises.

El láser: un haz de luz para los hombres afectados

Desde que comenzó a utilizarse esta técnica endoscópica hace ya más de seis años, el Hospital de Manises ha realizado más de 300 intervenciones con un elevado porcentaje de éxito. "Esta técnica sirve para próstatas de cualquier tamaño, incluso las más grandes que hasta ahora eran tratadas con cirugía abierta, y está pensada para todo tipo de pacientes", señala el doctor Reig.

El láser verde es un tratamiento mínimamente invasivo que presenta muchos beneficios con respecto a las técnicas más convencionales, ya que reduce las complicaciones asociadas a este tipo de intervenciones como, por ejemplo, la posibilidad de sangrado, ya que no suele producirse una hemorragia con esta técnica. En este sentido, el láser verde es ideal para pacientes que tomen tratamiento anticoagulante o que padezcan algún tipo de enfermedad que aumente el riesgo de sangrado.

Adiós a la sonda de inmediato

En casi todos los casos el paciente percibe que el calibre de su chorro miccional es mucho mejor que antes de la intervención. De hecho, aquellos que necesitaban sonda para orinar por la obstrucción de la uretra dejan de necesitarla de inmediato. "Como norma general, los pacientes a los que intervenimos con el láser verde están ingresados solo un día, tiempo en el que pueden llevar una sonda para facilitar la micción. Una vez se le da el alta, se van a casa sin ella", asegura el doctor Reig.

Mejora de la vida sexual

Otra de las eventuales mejoras de la técnica del láser verde se produce en la vida sexual del paciente. Habitualmente, éstos suelen tener algunas dudas comunes acerca de cómo afectará la operación a sus relaciones sexuales. "Una vez se les da el alta, pueden hacer vida con normalidad, incluso en el ámbito sexual. Se trata de una técnica extremadamente precisa, con lo que el efecto del láser verde no penetra en los tejidos más profundos y evita así posibles daños que deterioren la función sexual", aclara el urólogo del Hospital de Manises. Es decir, el placer sexual del paciente no se resiente.