El objetivo de cualquier inversor, novel o veterano, es encontrar un activo seguro. Las inversiones seguras se refieren a aquellos productos de ahorro que prometen una rentabilidad y, al mismo tiempo, ofrecen las máximas coberturas sobre el dinero depositado.

Sin embargo, no existen las inversiones 100 % seguras, ya que cuando se invierte siempre hay un riesgo de perder dinero, por pequeño que sea. La cantidad de dinero invertido influye directamente en el riesgo de una inversión.

Por otro lado, tener el dinero parado tampoco es recomendable, ya que la inflación hace perder valor adquisitivo.

Por lo tanto, invertir es recomendable, siempre y cuando se sigan unas pautas concretas: definir objetivos, estudiar el mercado, planificar el horizonte temporal, diversificar y reinvertir.

Conocer el perfil del usuario que va a invertir también es muy importante, ya que define cual debe ser la estrategia a seguir. Todo aquel inversor que apueste por encontrar inversiones seguras tiene un perfil conservador. Según los datos del Barómetro del Ahorro del Observatorio Inverco, este perfil es el más común entre los inversores españoles, con el 58 % de los casos.

Este tipo de inversor se define por tener una baja tolerancia al riesgo, a la hora de afrontar sus decisiones financieras y elegir los vehículos de ahorro en inversión, que compondrán su cartera. Se trata de un perfil que antepone la seguridad frente a la rentabilidad potencial en sus activos.

Por último, la volatilidad es un elemento que influye en las decisiones de muchos inversores, puesto que para mucha gente, la volatilidad y el riesgo son, prácticamente, lo mismo. Si unas acciones suben y bajan, se consideran arriesgadas. Sin embargo, el conocido inversor Warren Buffett destacaba, en su carta anual a los accionistas de Berkshire Hathaway en 2014, que “en el largo plazo, invertir en una cesta de buenas empresas ha sido más seguro que hacerlo en bonos”. El problema es la tentación de invertir a corto plazo, con tal de ver resultados inmediatos.

Riesgos asociados a la inversión

La inversión 100 % segura no existe. Cualquier inversión conlleva cierto grado de riesgo, que es una parte inherente de esta y suele ir ligada al rendimiento. Lo único que puede hacer el inversor es tratar de minimizarlo al máximo.

Invertir es una acción que consiste en emplear una cantidad de dinero en un proyecto o un negocio, a fin de conseguir unos beneficios. Por lo tanto, se trata de una actividad que puede comportar pérdidas para el usuario, en caso que el producto al que se haya destinado ese capital no obtenga ganancias.

Entre los diferentes riesgos que pueden influir en una inversión, destacan dos tipos:

  • Riesgo de liquidez. Se da cuando surge la necesidad de vender activos financieros (por no tener dinero líquido) y no se puede encontrar un comprador, lo que obliga a bajar el precio para vender. La liquidez de un activo es su facilidad para transformarlo en dinero.
  • Riesgo de inflación. Este se da con el aumento continuado y sostenido de los precios, que hace que nuestros ahorros valgan menos con el tiempo. Por lo tanto, siempre se deben buscar rentabilidades superiores a la tasa de inflación.

¿Cómo afecta el tiempo al valor del dinero?

El paso del tiempo es uno de los factores que contribuye a la pérdida de valor del dinero que no se invierte. Esto se debe, principalmente, al riesgo de la inflación (que se ha comentado anteriormente). Es por ese motivo, entre otros, por lo que es recomendable invertir el dinero y, como mínimo, cubrir el aumento de la inflación.

Para ello, se podría llevar a cabo una estrategia conservadora de inversión, con el objetivo mínimo de incrementar el capital un 2 % o un 3 % y, así, evitar que el capital sea carcomido por el efecto de la inflación.

Para empezar, invertir 10.000 euros es una cifra perfecta para construir una cartera de inversión diversificada. Si disponemos de estos 10.000 euros y no los movemos en 10 años, la inflación se irá comiendo parte de nuestro poder adquisitivo, además de perder el coste de oportunidad de obtener rentabilidades si se invierte en productos financieros.

Si una economía evoluciona positivamente -como la española-, el IPC ronda entre el 1,5 % y el 2,5 % cada año, por lo que el coste de dejar el dinero inmóvil es muy alto. Si la inflación media es del 2 % anual, en una década tendríamos un poder de compra 20 % inferior del actual, 8.000 euros.

Por lo tanto, es muy importante invertir el dinero, con tal de proteger nuestro capital y llegar a aumentar nuestro poder adquisitivo.

Tipos de inversiones con mayor seguridad

No es fácil encontrar inversiones rentables y seguras a la vez. Sin embargo, existen una serie de productos que son aconsejables para aquellos inversores con un perfil conservador:

  • Cuentas de ahorro. Son el paso siguiente a las cuentas corrientes, pero ofrecen algún tipo de interés por tener el dinero allí. Suficiente para igualar la inflación (útil para tener el dinero que se va a necesitar en un futuro próximo).
  • Renta fija. Se trata de comprar deuda de una empresa o de un Estado (bonos del Estado) y ofrecen cierto interés a un riesgo casi nulo. Suficiente para igualar la inflación (útil para dinero que se desea utilizar pronto).
  • Planes de pensiones. Un tipo de activo que tiene muchos tipos (renta fija, variable, garantizados, asegurados…), pero de fiscalidad muy mala. Compensa para aquellos que quieran jubilarse pronto.
  • Inmuebles. Son una opción muy común y se suelen comprar para, posteriormente, alquilarlos y cobrar una renta periódica que genere ingresos pasivos. Es una idea muy acertada.
  • Bolsa. Al igual que ocurre con los planes de pensiones, este tipo de activos ofrece un gran abanico de posibilidades (a corto y largo plazo, acciones de empresas o fondos de inversión, pasivo o activo…).

El plazo fijo sigue siendo la opción de inversión preferida para los ahorradores más conservadores (y la más segura). Las rentabilidades son fijas, lo que significa que se conocen previamente y, aunque los beneficios son muy estrechos, los mejores depósitos se pagan al 2,01 % del TAE. Dan la seguridad de devolver el capital aportado y son perfectos para aquellos inversores que anteponen la seguridad frente a la rentabilidad.

En este punto, los fondos de inversión son un producto que aporta mayor seguridad todavía, ya que es muy difícil que desaparezca con su dinero. Se trata de un producto que pone en común una masa monetaria de distintos inversores para gestionarla e invertirla.

Además, la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) supervisa a las sociedades gestoras y depositarias de estos productos, con lo que garantiza la estabilidad del sistema financiero y protege a los inversores.

Dentro de estos activos, existen diferentes tipos: monetarios, de renta fija, variable, monetaria o garantizada.