La pérdida del cabello es algo que preocupa tanto a hombres como a mujeres. Lo normal es que una persona pierda entre 100 y 150 pelos al día, ahora bien, cuando esta pérdida se supera y empieza a ser evidente, es cuando se encienden todas las alarmas y se buscan soluciones. Champús, complementos vitamínicos o los cada vez más frecuentes trasplantes capilares son algunos de los remedios más populares a los que se suele recurrir, si bien, en la mayoría de los casos, los resultados no son los esperados.

Aunque es la preocupación estética la que lleva a la persona que padece alopecia a buscar soluciones, no se debe obviar que la pérdida de cabello es un problema médico. Ni nuestro peluquero ni nuestro farmacéutico nos pueden ofrecer una solución. La alopecia debe ser tratada por el especialista formado para ello, el dermatólogo especialista en regeneración capilar, tratamientos y patologías del cuero cabelludo, como el caso de la alopecia.

Según los especialistas, ante los primeros síntomas -pelo más frágil y quebradizo, pérdida de densidad, aumento en la raya del pelo o mayor visibilidad del cuero cabelludo- hay que acudir lo antes posible a un centro especializado que ofrezca todas las garantías.

Desde Instituto Médico RicartInstituto Médico Ricart de València, todo un referente en dermatología que trata cualquier tipo de patología capilar desde 2003, nos hablan de la importancia del diagnóstico precoz y correcto para dar con el tratamiento adecuado y, en muchos casos, poder evitar así el trasplante capilar.

El doctor José María Ricart, director Médico de este centro, nos apunta que "existen dos grandes grupos de alopecias, las que ocasionan una pérdida definitiva del cabello: alopecias cicatriciales y las que no lo destruyen por completo y de forma permanente, como alopecias no cicatriciales. Esta división inicial no siempre es sencilla, por lo que el papel de un dermatólogo experto en la materia se hace fundamental", a lo que añade que "es importante entender cada una de las afecciones dentro de estos grupos comentados. Un diagnóstico correcto es la única vía para implantar un tratamiento adecuado, individualizado y efectivo. No todos los pacientes son candidatos para trasplante".

Los síntomas de la alopecia no atienden al sexo del paciente

No existen diferencias en el tipo de síntomas según el sexo del paciente. Los más comunes suelen ser:

  • Crecimiento de un pelo más frágil y quebradizo.
  • Pérdida de densidad.
  • “Raya” del pelo obtiene mayor pronunciación.
  • Mayor claridad y visibilidad del cuero cabelludo.
  • Pelo es más fino y frágil.

Cada unidad funicular tiene un ciclo vital, que pasa por una serie de fases: de crecimiento, estabilidad y caída. No todas las unidades se encuentran en la misma fase y cada una de ellas complementará su ciclo de forma independiente. Además, se produce una renovación progresiva.

En algunos casos, hay factores como el déficit de nutrientes y vitaminas, situación vital estresante, cirugía, parto, cambio de estación o enfermedad grave que desencadenan en una sincronización y caída de cabello en un corto periodo de tiempo.

La mejor decisión ante la aparición de los primeros síntomas es acudir a un centro especializado, capaz de ofrecer un diagnóstico personalizado, claro y real sobre el tipo de patología que está padeciendo nuestro cuero cabelludo. Buscar las garantías de un tratamiento real y honesto, evitando los procedimientos que aseguran resultados instantáneos o productos “milagrosos”, es necesario ante el mínimo indicio de alopecia.

Ante los síntomas descritos anteriormente, el paciente no debe alarmarse y pensar que el trasplante es la única solución. Como comenta el doctor Ricart, el trasplante solo es indicado en algunos casos muy puntualizados, siempre bajo prescripción de un especialista. En la mayoría de los casos, los tratamientos médicos regenerativos ayudarían a revertir y recuperar la salud y densidad del cabello.

Diferencias en el tratamiento de la alopecia

La caída del cabello es una patología médica dentro de la especialidad de dermatología. Los dermatólogos son encargados de determinar el tipo de alopecia que padece el paciente ya que no todas las caídas son iguales. El diagnóstico es la pieza clave para asignar el tratamiento adecuado buscando la máxima eficiencia y eficacia.

La queja principal de los pacientes es la pérdida de pelo, pero no siempre este es el problema real. En algunos casos, pueden subyacer otros síntomas de mayor afección, como el picor en el cuero cabelludo, la descamación o la pérdida de densidad y afinamiento del tallo piloso -difusa o localizada-. Como explica la doctora Rebeca Bella, dermatóloga especialista en regeneración capilar en IMR Torrent, “no todos los problemas del cabello tienen origen en el pelo, puesto que la piel del cuero cabelludo también puede sufrir enfermedades o dermatosis con su posible repercusión sobre los tallos pilosos y, a su vez, estos pueden verse dañados de forma directa por agresiones externas”.

Por otro lado, existen dos grandes grupos de alopecias: las cicatriciales, que ocasionan una pérdida definitiva del cabello, y las no cicatriciales, que no lo destruyen de forma completa ni permanente. En este punto, un diagnóstico correcto es la única vía para implantar un tratamiento adecuado, individualizado y efectivo.

Por último, en los últimos años se han desarrollado nuevas terapias para la caída del cabello.

¿Cuándo sí es necesario realizar un trasplante capilar?

El número de españoles que se han sometido a trasplantes capilares en la última década se ha multiplicado en un 300 %. Sin embargo, no en todos los casos conviene o es posible realizarlo, incluso no siempre es posible asegurar el éxito.

En este punto, cabe destacar la importancia del criterio previo de un profesional obteniendo la información concreta sobre la causa de la fragmentación o el desgaste del cabello. Las técnicas más destacadas para ello son: una triscopia digitalizada, una biopsia y/o una analítica.

Generalmente, los trasplantes capilares suelen funcionar con la alopecia androgenética. Este tipo de enfermedad es la más común -98 % de los casos en España- y consiste en la pérdida de densidad del cabello en algunas zonas. Según nos confirma la doctora Alba Gómez, dermatóloga especialista en regeneración capilar del Instituto Medico Ricart en Ruber Internacional Paseo de la Habana de Madrid, “la alopecia androgenética se debe a una sensibilidad aumentada de la raíz del folículo piloso a la hormona testosterona circulante en nuestro torrente sanguíneo. Esto no implica que las concentraciones de esta hormona deban estar alteradas, simplemente una diferente sensibilidad a la misma por parte del bulbo del folículo piloso. Debido a esta sensibilidad a la hormona testosterona del folículo piloso se va a producir un afinamiento progresivo del tallo, que llegará a convertirse en un tallo tan fino como un vello corporal y no aportará la densidad capilar que corresponde, con el consiguiente efecto de clareamiento del cuero cabelludo”. Sin embargo, este tratamiento nunca debe ir solo y se debe acompañar de un abordaje integral.

En cambio, este tratamiento no suele funcionar con la alopecia areata, que consiste en una pérdida autoinmune del cabello, debido a un ataque directo de las propias defensas del individuo a la unidad folicular. En este tipo de patología, podría ser suficiente con una aplicación de fármacos o tratamientos orales complementarios.

Profesionalidad y rigor médico claves para el éxito

Existen muchas propuestas de tratamiento con dudosa eficacia y escasa demostración de su utilidad en las publicaciones científicas regladas. Existen agentes en el mercado que ofrecen servicios sin especialistas dermatólogos en su plantilla. Tal y como sugiere la doctora Alba Gómez, “el cuidado del cabello y sus patologías siempre han preocupado al paciente y de ello se han aprovechado numerosas clínicas “capilares” sin especialistas en dermatología en sus plantillas que ofrecen diferentes terapias con escasa relevancia científica y de resultados. Orientar el tratamiento a fármacos y medidas eficaces es fundamental para obtener los resultados esperados”.

Algunos ejemplos de tratamientos son:

  • Mesoterapia capilar. Es un coctel de fármacos y vitaminas aplicados directamente en el cuero cabelludo, administrados de forma directa mediante microinfiltarciones en el bulbo piloso. La mesoterapia capilar, ha demostrado que el propio estímulo de la microinfiltración puede ejercer una acción estimuladora en el crecimiento del folículo. Es una terapia de gran eficacia y bien tolerada, que se puede combinar con fármacos por vía oral y/o tópica, así como, con el plasma rico en plaquetas, que añade los factores de crecimiento al folículo piloso.
  • Terapia con células madre. Todavía no es una opción eficaz, aunque podrían arrojar resultados significativos en los próximos años.
  • Terapias con luz. Parece que sí pueden tener un efecto beneficioso, aunque no está cuantificado.
  • Tratamientos revolucionarios y ultradefensivos. No se puede asegurar semejante efectividad y se debe tratar de ofrecer al paciente siempre lo penúltimo, esperando a que lo último esté completamente demostrado.
  • Terapias alternativas. Suelen aparecer en el mercado de la mano de no dermatólogo-tricólogos, que aportan pseudo-remedios sin soporte médico.

En este punto, la doctora Gómez afirma que “en los últimos años se han desarrollado nuevas terapias para la caída del cabello, fundamentalmente para alopecia androgenética, y algunas de las ya empleadas se han redescubierto con nuevas vías de administración”.