El corazón es el órgano encargado de bombear la sangre por todo nuestro cuerpo. A pesar de su tamaño (no más grande que un puño), su importancia en el aparato circulatorio es enorme. Esto explica el porqué de la importancia que ha tenido siempre en el ideario colectivo de la sociedad, así como en muchas letras de poemas o canciones, convirtiéndose en el poseedor de los sentimientos de las personas. Su importancia, por lo tanto, es tal que no podemos permitirnos descuidar su salud.

Las enfermedades cardiovasculares (ECV), que se deben a trastornos del corazón y los vasos sanguíneos, son la principal causa de mortalidad en todo el mundo y suponen el 30 % de los fallecimientos anuales. Además, si no se encuentra una solución que detenga esta problemática, la cifra de muertos por enfermedades cardiovasculares en 2030 ascendería hasta los 23 millones de personas.

En este punto, la Comunitat Valenciana es una de las autonomías españolas con más mortalidad cardiovascular, junto con Andalucía, Canarias y Murcia. Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), el número de fallecidos por enfermedad cardiovascular en España es de 230,5 por cada 100.000 habitantes (28,3 %), por delante de otras patologías como el cáncer (26,4 %) y enfermedades del sistema respiratorio (12,6 %). La mayoría de estas muertes se dan en mujeres, lo que supone el 53,7 % de los casos y suman casi 10.000 defunciones más que los hombres.

Factores de riesgo

El peligro que suponen las enfermedades cardiovasculares es más que conocido, pero todavía queda mucho trabajo por hacer en el campo de la prevención y el pronto diagnóstico. Según los expertos, el 80 % de las muertes prematuras se podrían prevenir con unos hábitos más saludables y un sistema de prevención más exhaustivo. Y es que, a día de hoy existen intervenciones eficaces para su prevención y tratamiento.

Algunos de los factores que desencadenan los ataques cardíacos pueden ser modificados, tratados o controlados, mientras que otros no. Los principales factores de riesgo modificable que pueden derivar en futuras patologías cardiovasculares se resumen en:

- El tabaquismo. El humo del tabaco es el principal factor de riesgo para la muerte súbita de origen cardiaco y los fumadores tienen de dos a cuatro veces más riesgo que los no fumadores.

- El colesterol. El nivel de colesterol de una persona depende de la edad, el sexo, la herencia y la alimentación. A medida que aumenta el nivel de colesterol en sangre, aumenta el riesgo de cardiopatía coronaria.

- La diabetes. Se trata de una enfermedad tan poderosa que anula la protección cardiovascular de la que gozan las mujeres premenopáusicas. Además, las mujeres con diabetes tienen entre 3 y 5 veces más riesgo que de tener enfermedades cardíacas.

- La hipertensión arterial. Las mujeres experimentan un gran aumento de la presión arterial tras la menopausia, hasta superar la de los hombres (antes es notablemente inferior). Una tensión arterial alta aumenta el esfuerzo del corazón, endurece las arterias y aumenta el riesgo de sufrir un infarto.

- La obesidad. El peso corporal aumenta a un ritmo mayor en las mujeres que en los hombres y acostumbra a depositarse en el abdomen, donde más riesgo contrae, elevando la presión arterial, el colesterol y los niveles de glucemia.

- El sedentarismo. El ejercicio ayuda a mejorar todos los factores anteriores, siempre que se realice de forma habitual y a largo plazo, con lo que ayuda a disminuir el riesgo de padecer una enfermedad cardiovascular.

Mayor peligro en las mujeres

¿Qué enfermedad supone mayor riesgo para las mujeres? ¿Cuál temen más? Seguramente, si se le plantearan estas dudas a las mujeres, muchas de ellas responderían el cáncer de mama en ambos casos. Sin embargo, son las enfermedades cardiovasculares las que suponen la principal causa de muerte entre la población femenina, responsable de casi un 40 % de los fallecimientos.

"En la mujer que ha superado un cáncer se produce un incremento de las enfermedades cardiovasculares unos 10 años después de superar el cáncer. Algunos de los medicamentos de la quimioterapia de la mama pueden ser muy lesivos para el corazón", asegura la Dra. María Ibañez, responsable del Servicio de Cardiología del Hospital Vithas Valencia 9 de Octubre.

Tradicionalmente, se ha considerado que las enfermedades cardiovasculares eran cosa de hombres o problemas inevitables de la vejez. Por el contrario, la medicina ha demostrado que estas patologías son un problema de salud mayoritario en la mujer, en las que se ha observado un preocupante incremento en la prevalencia de los problemas cardiovasculares.

Los riesgos de padecer problemas cardiovasculares en las mujeres aparecen después de la menopausia. Esto se debe a que, durante la juventud, las hormonas sexuales femeninas confieren una protección natural a su cuerpo que las salvaguarda de los factores de riesgo que podrían desencadenar en patologías cardiovasculares. Sin embargo, con la menopausia se produce una caída en el número de estrógenos en el cuerpo de las mujeres, con lo que la mujer puede empezar a sufrir ataques a su salud cardíaca unos 10 años más tarde del hombre, de media, y suelen ser mucho más agresivos que en el caso de los barones.

Además, conviene resaltar que los signos de alarma en las mujeres que van a sufrir una ataque cardíaco son menos identificativos que en el caso de los hombres. Así pues, los síntomas que se dan en las mujeres son más sutiles y se descubren por la falta de aire, dolor en los brazos, náuseas o vómitos, sudoración, mareos, fatiga o molestias en diferentes partes del cuerpo (cuello, mandíbula, hombros, zona abdominal o la parte superior de la espalda).

A pesar de todo ello, y debido a la creencia inicial de que se trataba de una patología que afectaba únicamente a los hombres, las enfermedades cardiovasculares han sido científicamente menos estudiadas en las mujeres, tanto en estudios epidemiológicos como en estudios o ensayos clínicos. Estas puebas no se han parado a atender y han dejado de lado las características específicas de la población femenina y su respuesta a los distintos tratamientos y terapias. Se trata, pues, de una enfermedad infradiagnosticada, infratratada e infrarrepresentada en las mujeres.

Prevención de ataques

La rehabilitación cardíaca tras un infarto o una angina de pecho es fundamental para recupera la rutina sin exponerse, de nuevo, a situaciones de riesgo. Sin embargo, lo más recomendable es proteger el corazón antes de que este empiece a dar síntomas de no estar en forma, a través de un control del peso y la tensión arterial, y el desarrollo de una actividad física cómoda y regular. Es igualmente recomendable comer bien (dieta mediterránea) y reducir el consumo de sal y grasas animales.

Servicio de Cardiología del Hospital Vithas Valencia 9 de Octubre

Servicio de Cardiología del Hospital Vithas Valencia 9 de Octubre

Al mismo tiempo, es muy importante alertar a las mujeres sobre la importancia de cuidar y promover la salud cardiovascular, dar importancia a los síntomas dudosos y aplicar medidas diagnósticas y terapéuticos adecuadas, reconociendo las peculiaridades de la enfermedad cardiovascular en la mujer y promoviendo estudios con una adecuada representación del sexo femenino.

Así pues, es importante realizarse chequeos convencionales y estudios que hagan especial hincapié en la salud cardiovascular, que son una buena forma de prevenir ataques cardíacos tras la menopausia. Pida cita en el Servicio de Cardiología de Vithas Valencia 9 de Octubre, que le ofrece la posibilidad de sumar estos estudios al chequeo convencional, una fórmula valida de prevención tras la menopausia en las mujeres.

Los pacientes que se someten a un chequeo en el Hospital Vithas Valencia 9 de Octubre deben pedir cita para una primera visita en la que, durante 90 minutos, se elabora un historial clínico completo que servirá de punto de partida para la planificación de los distintos estudios e interconsulta con los especialistas. El paciente acude un segundo día para someterse a las pruebas establecidas y a las consultas de los distintos especialistas: "Queremos que el paciente se sienta arropado en todo momento y, para ello, le acompañará una persona durante el tiempo que permanezca en el hospital", aseguran fuentes del centro, que tiene a disposición de cada paciente una habitación para que su estancia en el centro resulte lo más cómoda posible. Los resultados sirven para confeccionar un exhaustivo informe que el equipo médico desgrana con una meticulosa explicación al paciente en una tercera cita.

Este tipo de pruebas permiten detectar patologías precozmente, con lo que ofrecen un margen a la paciente para cambiar sus hábitos de vida y/o recibir tratamiento farmacológico para protegerse frente accidentes cardiovasculares de consecuencias potencialmente graves, como el infarto de miocardio o el ictus.

Además, la Dra. Ibáñez destaca que "el servicio de cardiología ofrece en sus consultas la posibilidad de un estudio del riesgo cardiovascular. Así, pacientes que no tienen ninguna enfermedad conocida pueden someterse a estos estudios y determinar su riesgo, adaptando las medidas consiguientes".

Por último, la rehabilitación cardíaca (RHC) es la medida más eficaz para revenir la reaparición de la enfermedad cardiovascular, capaz de reducir por sí misma más de un 30 % el reinfarto. Esta técnica implica un ejercicio físico supervisado por profesionales y cambios en los hábitos de vida y la dieta del paciente, además de un mayor autoconocimiento de uno mismo y de la enfermedad.