El 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer es una fecha ideal para destacar la importancia que la medicina preventiva tiene en la salud de la mujer, porque no sólo evita la aparición y la propagación de enfermedades, sino que además reduce la necesidad de realizar tratamientos y otras actuaciones sanitarias más costosas.

El doctor Jesús Recio, jefe de Medicina Interna Quirónsalud Valencia, indica que "realizar revisiones preventivas es fundamental para cuidar la salud, mejorar la calidad de vida y detectar a tiempo posibles problemas para tratarlos y evitar otras complicaciones derivadas" y añade que "de forma general, la OMS (Organización Mundial de la Salud) recomienda hacerse un chequeo cada cuatro años antes de cumplir los 40, cada dos hasta llegar a los 60, y uno al año después de esta edad. Aun así, hay que tener en cuenta la situación individual de cada persona, especialmente cuando se han seguido (o se siguen) algunos hábitos de riesgo como fumar, beber alcohol habitualmente y comer en exceso, o bien en el caso de que se tengan antecedentes familiares de algunas enfermedades hereditarias, como cáncer, diabetes o enfermedades del corazón. Todo ello determinará la frecuencia de las revisiones".

¿En qué consisten las revisiones médicas?

Una revisión médica consiste en la realización de un conjunto de actuaciones y consejos médicos que tienen el fin de definir, promover, ejecutar, aplicar y evaluar actividades de prevención de la salud.

El chequeo médico consta de una entrevista personal con el médico para que conozca nuestros antecedentes médicos y hábitos de vida actuales y la realización de una exploración general para valorar el estado de salud e identificar posibles patologías o situaciones de riesgo que pueden evolucionar hacia alteraciones de diferentes órganos y sistemas.

Además, las revisiones médicas se suelen complementar con algunas pruebas médicas como una analítica de sangre y de orina, la medición de la presión arterial, de la capacidad pulmonar y del riesgo cardiovascular, una revisión oftalmológica y otorrinolaringológica, radiología del tórax y otras pruebas diagnósticas en función de los antecedentes recogidos en la entrevista personal.

Importancia de las revisiones médicas en mujeres

La medicina preventiva es fundamental para la salud de las mujeres, porque tal y como explica el doctor Fulgencio Molina, jefe de Medicina de Familia de Quirónsalud Murcia, "a lo largo de la vida de la mujer, se producen diferentes cambios en la función hormonal, y estos van a influir directamente en los órganos sexuales, presentando a lo largo de diferentes etapas, riesgos en los que debemos poner mucha atención. El objetivo fundamental de las revisiones médicas será la detección precoz de patologías orgánicas o funcionales (infecciones, alteraciones hormonales), y en función de la edad la prevención del cáncer (mama, cérvix, útero y ovarios)".

Chequeos recomendados por grupos de edad

Los chequeos médicos a mujeres deben comenzarse desde el momento de la pubertad. Las niñas se siguen en consultas de pediatría hasta los 14 años. A partir de los 15 años, ya pasan consulta en Medicina General.

La doctora Yaquelin Popa, especialista en Medicina de Familia del Hospital Quirónsalud Torrevieja, establece el primer grupo de edad en los 15 y 20 años. En esa etapa "se suele interrogar y realizar las primeras revisiones ginecológicas, para buscar alteraciones del ciclo menstrual una vez transcurridos los 2 primeros años tras la menarquia (aparición de la primera menstruación). Ya que, es normal que en ese periodo de tiempo la regla todavía sea irregular. Aún así, en el caso de que sí se detecten síntomas fuera de lo normal, será necesario estudiar y tratar con Ginecología".

En esta franja de edad, siempre que se hayan iniciado las relaciones sexuales, se proporcionan consejos sobre protección de enfermedades de transmisión sexual (ETS), así como búsqueda de ellas en analítica sanguínea (serologías) y exudado vaginal (si hay síntomas). Si en este periodo, la paciente ya tiene 3 o más años de iniciadas las relaciones sexuales, se sugiere además acudir a la consulta de Ginecología para realización de una citología.

Además, como es lógico se somete a la mujer a un adecuado interrogatorio y examen físico general que lleva incluido controles de tensión arterial.

El segundo grupo de edad, estaría compuesto por mujeres con edades comprendidas entre los 20 y 30 años. Etapa en la que las mujeres ya tienen una vida sexual activa, están sometidas a cierto nivel de estrés y se han iniciado (o continuado) con ciertos hábitos tóxicos como el consumo de tabaco, alcohol o drogas ilegales.

La doctora Popa establece que en estas edades las pruebas médicas que deben realizarse son las siguientes: "revisión física adecuada con énfasis en la parte cardiovascular si hay factores de riesgo, revisiones ginecológicas para buscar ETS y analíticas que incluyan: estudio hormonal, valores de colesterol, función hepática y renal". Añade también que "por programa ya corresponderían las revisiones ginecológicas con citologías anuales si tienen una vida sexual activa y no tienen una pareja regular. En el caso de que sí que tengan pareja regular e hijos, y siempre que las 3 últimas citologías hayan sido normales, se podría valorar realizar las citologías cada 3 años".

Un aspecto importante, en el grupo de edad de los 20 a los 30 años es la autoexploración de mama, en el caso de que la paciente detecte algo fuera de lo normal debe acudir a consulta para ser examinada y que el médico especialista determine si es necesario realizarle una mamografía y/o eco de mamas.

Las mujeres que formarían parte del tercer grupo, son las que se encuentran entre los 30 y 40 años, con características muy similares al grupo anterior. Es a partir de los 35 años, cuando algunas mujeres empiezan a sufrir cambios hormonales y síntomas de climaterio que pueden detectarse en el interrogatorio y corroborar con un estudio hormonal y examen citológico.

También es recomendable, en este grupo de edad, hacer las siguientes pruebas médicas: control de tensión arterial, electrocardiograma de control y se mantienen las citologías por programa y la eco y/o mamografía si se detectan evidencias clínicas o la paciente ha detectado algo fuera de la normal en la autoexploración.

Las mujeres de entre 40 y 50 años, estarían incluidas en el cuarto grupo de edad. En esta etapa las mujeres "dependiendo de su entorno tienen cierta estabilidad laboral, hijos, etc., por lo que aún están sometidas a cierto nivel de estrés. Además, también se suman los cambios hormonales. Dado el desarrollo de la medicina, muchas mujeres, a esta edad se deciden a buscar hijos con los factores de riesgo que esto entraña, por lo que requieren mayor atención con respecto a temas como una nutrición adecuada, el ejercicio y el abandono de hábitos tóxicos", según expone Yaquelin Popa, especialista en Medicina de Familia del Hospital Quirónsalud Torrevieja

En esta franja de edad se mantienen todas las pruebas anteriores, haciendo especial énfasis en la búsqueda de enfermedades cardiovasculares, pero además se incluye el screening de patología de mama con las mamografías anuales. A partir de los 50 se incorpora la densitometría, así como el screening de cáncer colorectal, con las tomas cada 2 años de sangre oculta en heces (SOH).

El doctor Jesús Recio indica que "el cáncer es uno de los grandes enemigos de esta franja de edad, de ahí la importancia de un diagnóstico precoz. Además de los controles ginecológicos, en mujeres fumadoras debe ofrecerse la posibilidad de realizar una tomografía computerizada de baja radiación (TC) para descartar cáncer de pulmón. Igual de importante es la determinación de sangre oculta en heces o la realización de una colonoscopia para excluir la presencia de un cáncer de colón. La edad de inicio y la frecuencia de estas pruebas dependerá de los antecedentes familiares, de los hábitos personales y de los resultados obtenidos en las primeras exploraciones practicadas".

El último grupo de edad, sería el compuesto por mujeres mayores de 60 años. En esta etapa es cuando se sufren los cambios degenerativos más importantes, a los que en muchos casos, hay que añadir el estrés que puede provocar los cambios en el ámbito familiar, como la jubilación.

Es en la tercera edad cuando las mujeres tienen que ser sometidas a las revisiones médicas más completas, porque tal y como explica la doctora Judith Catalá, especialista en Medicina General en el hospital Quirónsalud de Alicante, "en esta franja de edad las enfermedades más frecuentes son cardiovasculares: como HTA, Diabetes, dislipemia, infartos de corazón, accidentes cerebrovasculares, etc., las neoplasias: como cáncer de mama, endometrio, ovario, colon, cáncer de pulmón que está en aumento en las mujeres debido al consumo de tabaco, etc. y enfermedades reumáticas como por ejemplo, la artrosis o la osteoporosis". Por eso las mujeres deben realizarse exámenes físicos, análisis de sangre, citologías hasta los 65 años (siempre que no haya alteraciones específicas en las que a criterio de Ginecología tengan que seguirse), mamografías hasta los 70 años (también podrían continuarse según criterio médico) y se mantienen el screening colorectal y la densitometría ósea.

Por último, en esta etapa es importante insistir en la importancia de mantener una nutrición adecuada así como un cierto nivel de ejercicio físico.