Alicante es una de las provincias españolas más reconocidas por su producción vitivinícola. Su vino, producido a través de variedades autóctonas que le proporcionan una identidad propia, es único en el mundo y de gran reconocimiento.
El origen del vino en la provincia de Alicante se retrae a la época de los fenicios, aunque no se empezó a cultivar para el consumo hasta la llegada de los íberos. En el siglo XIX se llegó a un acuerdo comercial con Francia, que había perdido gran parte de sus viñedos, que puso a la provincia en el escaparate internacional.
En la actualidad, la reorganización del sector vitivinícola, así como la mejora del cultivo y la calidad del vino, han conducido a la provincia al renacimiento de su producción vitivinícola.
Tradición en la Marina Alta
En este punto, una de las comarcas más importantes dentro de la provincia alicantina en la producción del vino es la Marina Alta, donde los viñedos forman parte de su cultivo, paisaje, medioambiente, cultura y tradición. El yacimiento de Benimaquia (Dénida), datado del siglo VI a. C., es el lugar de producción más antiguo de la Península Ibérica y uno de los más longevos de Europa, lo que demuestra el fuerte vínculo de esta comarca con el vino.
La Marina Alta es una pequeña comarca alicantina rodeada de altas y espesas montañas, además de tener una fuerte influencia del mar. Todo ello le otorga un microclima templado durante todo el año, con pocos contrastes, y unos suelos muy fértiles para el cultivo de la uva moscatel. Su viñedo se ubica hoy frente al mar, en áreas de Teulada-Moraira-Benissa, y en el interior, con el Valle del Pop como principal zona. Se trata de una comarca tradicionalmente productora de vinos Denominación de Origen, especialmente blancos y mistelas.
En la actualidad, la proliferación del turismo rural en la zona, favorecido por su gran accesibilidad y proximidad al litoral, han dado lugar a un enoturismo incipiente que ayuda a promover la difusión de sus vinos y diversificar la oferta turística de la zona.
Los mejores vinos de la Marina Alta
A continuación, les ofrecemos una pequeña selección de los mejores vinos propios de la comarca de la Marina Alta:
Manu Guardiola Viticultor es una pequeña bodega artesanal ubicada en pleno centro de Xaló, que se distingue del resto de bodegas de la comarca por su proceso de producción. Manu, con la ayuda de su pareja y su familia, realiza toda la elaboración del vino, desde la producción de la uva hasta el embotellado final.
Este es un hecho distintivo que le proporciona un valor añadido al producto. "Vinos con alma", como él mismo afirma, y que son reflejo de los diferentes parajes y microclimas de los que proceden sus uvas.
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El Celler L'Alter de Benimaquia es un proyecto familiar que se inició recuperando las viñas de sus abuelos en el año 2000, haciendo vino en la caseta de sus antepasados en Benitatxell y que acabó evolucionando hasta conseguir la sostenibilidad de una finca agrícola emblemática en la partida de Les Basses de Teulada, con viñas, olivos, algarrobos, etc.
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Biomoscatell es un proyecto basado, precisamente en la tradición y en la identidad cultural ligada al moscatel. El Ayuntamiento de Benitatxell fue el encargado de iniciarlo en el año 2012 para poner en valor el producto autóctono, dotarlo de la máxima excelencia y, no sólo con criterios de sostenibilidad ambiental, sino también por el respeto a la calidad gastronómica y para conseguir las máximas garantías para la salud del consumidor.
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El marco incomparable en el que se encuentra situada la bodega Joan de la Casa favorece, tanto por la ubicación como por el clima, el cultivo de sus viñas. Ubicada en Benissa, entre las montañas de Bèrnia, la Solana y Oltà y el Mar Mediterráneo. Se beneficia del microclima propio de la comarca de la Marina Alta, caracterizado por inviernos cálidos y veranos con temperaturas suaves.
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Xaló es una de las localidades más destacadas entre los amantes del vino dentro de la Marina Alta. Gran parte del mérito de esta buena fama recae en el trabajo que, durante casi un siglo, ha realizado la familia Mestre. Un total de cinco generaciones han mantenido el negocio desde que Francisco Mestre abriese la bodega en el bajo de su casa, en pleno pueblo, en 1921.
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