La agricultura ha sido, durante muchas décadas, la actividad económica principal en la Comunitat Valenciana. Sin embargo, el paso de los años ha ido provocando un éxodo rural hacia grandes urbes y una industrialización de los pueblos que se ha traducido en una gran pérdida del peso económico del sector primario.

Sin embargo, muchas personas todavía mantienen el arraigo con sus orígenes y con el campo. Además, aquellos que lo perdieron en generaciones pasadas, apuestan ahora por descubrir la sensación de trabajar en el campo. Esto último se conoce como agroturismo, una nueva forma de turismo que consiste en acercarse a la naturaleza y a la base de muchos productos.

En este sentido, la crisis del coronavirus ha acrecentado más todavía el éxito del turismo de interior o el que se aleja de las grandes urbes para encontrar un descanso en contacto con la naturaleza. Es el momento de potenciar el turismo rural y sacar a relucir el encanto y los atractivos de los pueblos valencianos: convertir la huerta en un destino turístico.

València, una ciudad rodeada por la huerta

València es una ciudad con un entorno único en el mundo. Las miles de hectáreas que forman su espacio agrícola periurbano son una joya paisajística inigualable. Se trata de pequeñas explotaciones dedicadas al cultivo de hortalizas y cítricos en huertos conectados por caminos y senderos a través de los cuales poder pasear durante horas, en contacto directo con la naturaleza.

El origen de la huerta valenciana se sitúa en la época de dominio musulmán. La influencia de su cultura se aprecia en los nuevos cultivos, las innovadoras técnicas de trabajo y la red de acequias de conectan toda la huerta. Además, el agua está presente en todo momento y rodea los 23 km² de huerta, con la Albufera (sur), el Mar Mediterráneo (este), el Parque Natural del Turia (oeste) y la Marjal del Moro (norte).

Por último, cabe destacar que la huerta valenciana también ofrece una muestra de la tradicional arquitectura valenciana. Las barracas y alquerías que se encuentran en mitad de la huerta ejemplifican el estilo de vida humilde de los agricultores valencianos durante años, muchas de ellas construidas a base de cañas y barro. En la actualidad, algunas de estas casas de campo se han convertido en restaurantes con productos de primera calidad.

Almàssera, un municipio de tradición agrícola

Alrededor de la huerta valenciana se erigen pequeños pueblos de tradición eminentemente agrícola, aunque cada vez más industrializados, y situados muy cerca entre ellos. Almàssera es un ejemplo de los tradicionales pueblos cercanos a València y enmarcados en la cultura agrícola de la huerta valenciana.

Ubicado en plena huerta de València, Almàssera es una localidad bien comunicada y muy cercana a la capital de la provincia. La antigua carretera de Barcelona (N-340), convertida en la actualidad en vía urbana, atraviesa el término municipal de la localidad, enlazando por el norte con la CV-300 y por el sur con Valencia. También se puede llegar a València a través de la línea 3 de Metro Valencia.

Más allá de su patrimonio natural, influenciado por la huerta valenciana y su arraigo a la agricultura, Almàssera posee también otros atractivos turísticos de gran valor patrimonial. En este sentido, la Plaza Mayor de la población cuenta con una serie de bellos e interesantes edificios, como «el mosaico de las musas».

Por otra parte, la Iglesia Parroquial del Santísimo Sacramento del siglo XVIII presume de su fachada de ladrillo y posee dos torres. Su interior está compuesto de tres naves (la central con bóveda de cañón) y crucero.

Otros elementos destacados de la localidad son la cruz de término, que data del siglo XIV y es de estilo gótico; la casa natal de los hermanos Lladró; el Museo de l’Horta; y la capelleta dels “peixets”.

Entre sus parajes naturales, cabe destacar el «Clot de la Caldera», situado en el barranco de Carraixet, y los campos de chufas, un cultivo muy popular en València y que sirve de base para la elaboración de horchata.

La gastronomía local tiene una gran influencia de la cocina valenciana, aunque presenta una variedad peculiar de la paella, elaborada con hígado de toro. Sin embargo, el componente principal de la cocina de la localidad es el arroz, con la paella como plato más conocido, aunque tiene especial importancia el “arròs al forn” dentro de la localidad.

Por último, Almàssera se ha erigido también como un pueblo con tradición festiva. Sus fiestas mayores tienen lugar durante cuatro días, a partir del cuarto domingo de agosto, y se celebran en honor al Cristo de la Fe y la Providencia, a San Isidro Labrador y al Santísimo Sacramento, que es el patrón del pueblo.

Una peculiaridad de las fiestas de Almàssera es que tienen concesión papal para poder celebrar el Corpus en distinta fecha, debido a su tradicional representación de “el miracle dels peixets”. Así pues, la festividad del Corpus tiene lugar a principios del mes de agosto y es organizada por los clavarios de la Cofradía del Santísimo. El recorrido tradicional es acompañado a ritmo de la clásica dolçaina y danzas tradicionales.