La anticipación, la monitorización constante y el refuerzo de personal están siendo claves para mantener a la residencia La Llum de Carlet alejada de la Covid-19. Desde finales de julio este centro residencial para personas con diversidad funcional, de titularidad municipal y gestionado por Clece, ha adoptado medidas extraordinarias para poder hacer frente a los nuevos brotes de la pandemia.

Tal y como explica Lucía Paricio, responsable de residencias de Clece en la Comunitat Valenciana "ante el empeoramiento de la pandemia, el 23 de julio solicitamos al ayuntamiento que nos permitiera restringir las salidas de los usuarios a sus domicilios. Se trata de una medida extraordinaria con la que buscamos anticiparnos a los posibles riesgos que fue apoyada desde el consistorio. Hay que tener en cuenta que los usuarios de La Llum solían salir los fines de semana a sus domicilios y regresaban el lunes al centro, lo que nos obligaba a mantenerlos en aislamiento durante 14 días, dificultando el normal funcionamiento del centro e incrementando notablemente el riesgo de contagio en el interior. Las familias han acogido muy bien esta medida ya que han entendido que es la mejor opción para protegerlos a pesar de que es muy duro emocionalmente para ellos ya que solo pueden verlos mediante videollamadas".

Desde el propio Ayuntamiento de Carlet, la alcaldesa, Maria Josep Ortega, ha valorado muy positivamente estas medidas, y ha puesto en valor "la estrecha colaboración y coordinación mantenida desde el inicio de la pandemia para proteger a las personas más vulnerables. Una coordinación que ha posibilitado la implantación de medidas extraordinarias como son el cierre por prevención durante estos últimos días, o la restricción de visitas y salidas". Por su parte, la concejala de Sanidad, Lola Navarro, ha incidido en la necesidad de trabajar en equipo, con un contacto continuo y garantizar la protección y la atención de los residentes y sus familias.

Actualmente, la residencia La Llum cuenta con 34 usuarios, de los cuales 30 tienen discapacidad intelectual severa o profunda. Los usuarios se han distribuido en grupos de convivencia y en diferentes espacios de la residencia, tanto para las actividades diarias como para el comedor. Para hacerles más llevadera esta situación, el centro ha reforzado el número de cuidadores hasta un total de 18 lo que supone una ratio de menos de dos usuarios por cuidador.

"Es imprescindible que haya en todo momento cuidadores con los usuarios por lo que, al haber tenido que dividirlos en grupos de convivencia, hemos tenido que reforzar el número de cuidadores. De hecho, cuando se produce algún aislamiento en habitaciones, hay un cuidador permanentemente con la persona usuaria que se encuentra aislada porque es una situación muy estresante", indica Lucía. El centro también ha reforzado el personal de limpieza y cuenta, en la actualidad, con un total de 36 trabajadores.

Monitorización constante frente a la Covid-19

Para poder atajar con celeridad cualquier posible situación de riesgo en el centro, La Llum realiza todas las semanas pruebas diagnósticas tanto a los usuarios como al personal de la residencia alternando una semana test rápidos y la siguiente prueba PCR. Asimismo, el centro ha implantado un sistema de monitorización para grupos burbuja, realizado por un laboratorio valenciano. Este sistema agrupa en un solo tubo de análisis todas las muestras para realizar una única PCR por grupo. En caso de que el resultado sea positivo, solo es necesario aislar a ese grupo hasta que se realicen PCR individualizadas a cada miembro del grupo para identificar a los contagiados.

Además de las pruebas diagnósticas, desde Clece se ha implementado un estricto protocolo que incluye medidas de higiene, elementos de protección y formación continua a residentes y trabajadores, así como la realización de simulacros periódicos para comprobar el funcionamiento de los planes de contingencia elaborados.