Los incendios forestales también se han cobrado vidas humanas en la Comunidad Valenciana. El 4 de julio de 1994, el viento del sahara convirtió en i infierno los alrededores de Millares. Seis personas: cuatro brigadistas, un voluntario y un concejal murieron abrasados por las llamas. Ocho años después, en 2002 y en dos meses, tres pilotos fallecieron en distintos accidentes en las labores de extinción.

En el incendio de Millares fue determinante el terreno especialmete abrupto y el efecto «chimenea». Algo similar a lo ocurrido a los voluntarios de Riba de Saelices. Una lengua de fuego alcanzó a los brigadistas instantes después de que volcará su camión. El grupo estaba compuesto por seis personas que acudieron rápidamente a bordo de un camión autobomba Pegaso a apagar las llamas, localizadas en la garganta del Júcar. Pocos minutos después, lo hacía el guarda forestal de la reserva de caza de Corte de Pallás, un concejal y un voluntario en un Land Rover. La tragedia se desencadenó en segundos y cuando quisieron escapar de la tragedia ya no pudieron.