OTR Press, Madrid

La normalidad ha vuelto a las ciudades de Ceuta y Melilla, pero la última avalancha de inmigrantes sobre suelo ceutí todavía colea. Según fuentes de la investigación, una esquirla del proyectil encontrado entre las dos vallas que forman el perímetro fronterizo con Marruecos fue descubierta en el cuerpo de uno de los subsaharianos que murieron en el asalto del jueves. Los análisis de los expertos de balística de la Guardia Civil permitieron determinar que ese fragmento de bala con cobertura de plata es el que se desprendió del proyectil hallado en la inspección ocular, y que no forma parte de la munición utilizada por ninguna de las armas que emplea la Benemérita, ya que sus agentes no llegaron a disparar con fuego real.

El cadáver en el que se ha hallado el fragmento de la bala es el del inmigrante que presentaba un orificio de entrada en el glúteo derecho y salida por la ingle izquierda, por lo que según la investigación, cuando fue alcanzado el subsahariano se encontraba de espaldas a la zona marroquí. El revestimiento de plata que tiene la bala encontrada la diferencia de las utilizadas por la Policía y la Guardia Civil que son de cobre, como la inmensa mayoría de las armas cortas y largas utilizadas en España, por lo que el instituto concluye que los disparos se realizaron desde la zona marroquí.

Siguen las detenciones en la zona

Mientras, las fuerzas de seguridad marroquíes detuvieron ayer, sábado, a nueve inmigrantes irregulares subsaharianos en los bosques situados en los aledaños del vallado fronterizo entre Marruecos y Ceuta.

Según un coronel de la Gendarmería Real marroquí, algunos de los subsaharianos detenidos dijeron que ya no quedan prácticamente inmigrantes en los bosques del Bel Younech, donde desde el asalto masivo a la valla de Ceuta registrado durante la madrugada del pasado jueves han sido detenidas más de 200 personas. Un adolescente marroquí que saltó la valla el jueves fue detenido ayer en Ceuta.