Vita Lirola, Ceuta. efe

Los inmigrantes subsaharianos llegados a Ceuta tras el asalto masivo al paso fronterizo del pasado 29 de septiembre esperan en la ciudad autónoma un incierto viaje a la península, que puede devolverles a África, después de meses de recorrido desde sus países de procedencia.

Uno de ellos residió durante dos años en Valencia. Se llama Vincent Ugaigbe, un nigeriano de 34 años. Cuenta desde Ceuta que participó en el asalto masivo a la frontera ceutí, junto a más de 500 inmigrantes, y que desde entonces vive en el Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI) de la ciudad autónoma.

Ugaigbe muestra aún heridas en la mano izquierda y en el talón derecho que se hizo escalando la valla: «todo lo que sabíamos era trepar. Cuando salté la valla y me vi en el bosque, corrí; después, paré a un coche por la carretera y le pedí que llamara a la Policía porque estaba sangrando», cuenta Vincent, que explica que, tras ser curado de sus heridas en un centro hospitalario, fue trasladado al CETI, donde lleva diez días.

Este nigeriano, que asegura que en su país corre «peligro de muerte» porque su padre era político y fue asesinado en 1998, ya saltó la valla una vez, con éxito, en 1999 y estuvo tres años viviendo en Valencia, dos de ellos, según él mismo narra, «como residente» y trabajando de encofrador. Fue deportado de nuevo a Nigeria en 2003, desde Holanda, adonde había ido, según él «de vacaciones». Y de nuevo comenzó su periplo de vuelta a España que, siempre según su relato, le ha llevado dos años: uno de viaje «andando o en autobús» y otro esperando en Marruecos para saltar a Ceuta.