Los fumadores españoles tendrán que despedirse del tabaco, al menos en determinados espacios públicos cerrados, según la Ley Antitabaco, que cuenta con la mayoría suficiente para ser aprobada después de que PSOE, IU, ICV y ERC registraran ayer en el Congreso la reforma legislativa.

El texto, que entrará en vigor el 1 de enero del próximo año, prohibirá fumar en bares, locales de ocio y establecimientos de hostelería. Y será de "obligado cumplimiento" desde el mismo momento en que entre en vigor, advirtió ayer la ministra de Sanidad, Trinidad Jiménez.

Además, ya no será posible fumar en eventos y ceremonias donde históricamente el tabaco ha estado muy presente para fumadores y no fumadores habituales, como bautizos, comuniones y bodas. En opinión de Jiménez, no conviene someter a los hosteleros a "dudas permanentes" en el cumplimiento de la Ley.

Seguirá siendo terreno apto para los fumadores algunas habitaciones de los hoteles, los clubes de fumadores y los espacios donde haya personas recluidas, como cárceles y psiquiátricos, que tendrán que habilitar espacios para fumadores.

La normativa no recoge ninguna restricción en espacios públicos abiertos, como entornos de hospitales o jardines infantiles, o en estadios, terrazas o plazas de toros, pero sí plantea "mínimas excepciones" en el ámbito privado.