España y Portugal conmemoran juntas este sábado, con actos en sus capitales, el 25 aniversario de la entrada en las Comunidades Europeas, que marcó profundamente tanto la historia de cada país como su relación bilateral.

Los jefes de Gobierno español y luso, José Luis Rodríguez Zapatero y José Sócrates, respectivamente, participarán juntos en las dos ceremonias, que tendrán lugar por la mañana en el monasterio de los Jerónimos de Lisboa y por la tarde en el Palacio Real de Madrid.

Ambos actos los presidirán, cada uno en su respectivo país, el Rey Juan Carlos y el jefe de Estado portugués, Aníbal Cavaco Silva, a los que acompañarán, tanto en Madrid como en Lisboa, varias autoridades de la UE y políticos relacionados con los procesos de incorporación de las dos naciones a la entonces Comunidad Europea.

En Lisboa varias de esas personalidades participan hoy en una jornada de conferencias centrada en el proceso de adhesión y su significado para la consolidación democrática y la modernización económica y social de la península Ibérica.

Entre ellos están los dos gobernantes que negociaron y formalizaron la adhesión, el español Felipe González y el portugués Mario Soares, que son también invitados de honor en los actos del sábado.

Con motivo del aniversario se inaugura además el sábado en Lisboa la exposición, por primera vez en este país, de cuatro tapices que encargó un rey portugués en el siglo XV para contar sus gestas en África.

El secretario de Estado de Cultura luso, Elisio Summavielle, calificó hoy esta exposición de gran "simbolismo". Las piezas, que formaron parte del patrimonio real luso y se desconoce cómo aparecieron dos siglos después en la Colegiata de la localidad de Pastrana, en la provincia española de Guadalajara, han sido restaurados y traídos desde allí por la Fundación española Carlos de Amberes.

La exposición la inauguran las ministras de Cultura de España, Ángeles González Sinde, y de Portugal, Gabriela Canavilhas, otras dos invitadas especiales de unos actos, que reúnen también en Lisboa al presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, y el del Parlamento comunitario, Jerzy Buzek.

Varios comisarios y ex comisarios portugueses y españoles de la UE, como Joaquín Almunia o Manuel Marín, son esperados también en los actos, organizados en el mismo monasterio en el que se firmó en 2008 el Tratado de Lisboa.

El embajador de España en Portugal, Alberto Navarro, que fue secretario de Estado español para la UE, resaltó hoy en el acto de presentación de los Tapices de Pastrana que los 25 años de pertenencia a las comunidades europeas han sido "los mejores de la historia de ambos países".

Navarro recordó que portugueses y españoles vivían "de espaldas" antes de su adhesión a la UE, una opinión con la que han coincidido a menudo políticos y personalidades lusas, que reconocen la estrecha relación existente a todos los niveles con Madrid.

La desaparición de las barreras físicas en la frontera terrestre que separa a los dos países y el crecimiento del comercio bilateral, que se disparó desde la década de los años 80, han dado la vuelta a las frías relaciones de la época de las dictaduras salazarista y franquista.

Según datos oficiales, España es ahora el primer cliente y proveedor de Portugal, cuyo comercio sólo con la comunidad de Galicia, en el noroeste de España, superaba en los últimos años los intercambios lusos con sus principales mercados europeos, como el alemán o el francés.

Sin embargo el aniversario de la entrada en la UE, que según los expertos impulsó el desarrollo económico y social en toda la península Ibérica, llega cuando ambos países están en la mira de los mercados internacionales por sus niveles elevados de deuda y déficit fiscal, que ya han puesto en graves aprietos a Grecia.

Tanto en Madrid como en Lisboa se han anunciado en los últimos meses drásticas medidas de ahorro público que en el caso de Portugal han llevado a los partidos de la izquierda marxista, respaldados por una cuarta parte del electorado, a cuestionar la dependencia de la economía nacional de los dictados de Bruselas.

Fuera de esas organizaciones, que pidieron sin éxito un referéndum para decidir la aprobación del Tratado de Lisboa, los principales partidos portugueses y la gran mayoría de los ciudadanos continúan siendo muy europeístas, según todas las encuestas.

No obstante, el ministro de Exteriores portugués, Luis Amado, pidió hoy "coraje y decisiones" para afrontar la crisis a los estados y las instituciones europeas, y recordó, en un acto sobre las conmemoraciones de este sábado, que si no se actúa con eficiencia y rigor pueden sobrevenir "erupciones sociales".