La Audiencia Nacional ha condenado a 83 años de prisión al ex jefe militar de ETA Gorka Palacios, el primero en ser juzgado en este tribunal tras el anuncio del alto el fuego de la banda el pasado 5 de septiembre, por el atentado cometido en julio de 2001 en Madrid en el que murió un policía nacional.

Así consta en la sentencia dictada por la sección cuarta de la sala de lo penal de este tribunal, que juzgó a Palacios tres días después del anuncio de ETA de cesar sus "acciones armadas ofensivas", y que ha impuesto esta pena al etarra por los delitos de asesinato terrorista por la muerte del agente Luis Ortiz de la Rosa, estragos y lesiones.

También, tal y como solicitaba el fiscal, le obliga a indemnizar con 300.506,05 euros a los herederos de la víctima de forma conjunta y solidaria con los ya condenados Aitor García y Ana Belén Egües y con 180.304 euros para uno de los heridos que quedó incapacitado para trabajar, así como una multa de 21.600 euros por 16 faltas de lesiones.

Los magistrados consideran probado que el ex dirigente etarra participó junto a los citados compañeros del "comando Madrid" y otras personas "no identificadas" en la elaboración del artefacto explosivo colocado en el coche-bomba que explotó frente a la delegación del Ministerio de Justicia en la calle Ocaña de Madrid el 10 de julio de 2001, y fue además quien recabó previamente toda la información del lugar para perpetrar el atentado.

Asimismo, aseguran que Palacios, a quien consideran coautor del atentado, robó junto a Egües el vehículo que explotó y "paralelamente se iba a encargar de efectuar la llamada reivindicativa" en nombre de ETA, algo que, si bien "no ha sido contrastado, esto "no significa que no lo hiciera".

El tribunal, compuesto por la presidenta Ángela Murillo y los magistrados Teresa Palacios y Juan Francisco Martel, basa sus argumentos en las declaraciones policiales y judiciales que efectuaron Egües y García tras ser detenidos, a las que consideran "prueba más que suficiente" para condenarle.

Denuncias de torturas

De esta forma, aunque los dos afirmaron en el juicio no recordar nada y haber efectuado dichas declaraciones inculpatorias bajo torturas, la sala cree que "es claramente advertible" que no dijeron la verdad, sino que actuaron de la forma que creyeron "conveniente" para alejar a Palacios de las acusaciones.

Subrayan que, a pesar de la incomunicación a la que estaban sometidos, fue "calcado" lo que relataron, un elemento que califican de "crucial" entre todo el material probatorio.

"No es sostenible, dada su dificultad, que se inventasen justamente por separado lo que resultó ser del mismo tenor", afirma el tribunal, que considera que "la verosimilitud" de las declaraciones se convierten en "veracidad" por las coincidencias expuestas.

"Como dato intrascendente pero revelador", la sentencia hace también referencia a las sonrisas que intercambiaron García y Palacios en el plenario con las que demostraron la "plena complacencia para ambos de reencontrarse", pese a que el primero había afirmado que sólo conocía a su compañero "por fotografías en televisión".

Y a ello añade que "el hecho acontecido, la acción terrorista" por la que ya fueron condenados Egües y García, "no ha sido discutido" por el acusado, que se negó a declarar durante el juicio.

Gorka Palacios fue detenido en 2003 en Francia cuando era considerado jefe militar de la banda armada, por lo que fue juzgado junto al ex dirigente Juan Ibon Fernández Iradi "Súsper" y condenado el pasado mes de noviembre a 18 años de prisión por el Tribunal de lo Criminal de París.